Athenea Digital. número 7- Primavera 2005

Sáez, Javier (2004)
Teoría Queer y psicoanálisis. Madrid: Síntesis, 2004.



David Córdoba García
david.cordoba@campus.uab.es
Universitat Autónoma de Barcelona

 

Teoría queer y psicoanálisis es un estudio de dos de los discursos que han articulado una estrategia crítica en relación con lo que Foucault denominó 'dispositivo de la sexualidad', y de las relaciones problemáticas que se han dado entre ellos en la poco más de década y media de convivencia entre ambos. Esas relaciones han estado marcadas en muchos casos por una crítica no siempre rigurosa y a menudo basada en prejuicios y en lecturas precipitadas, cuando no en la mutua indiferencia.

Javier Sáezexplora en una primera parte del libro la emergencia de un movimiento de crítica en el seno de las comunidades gays y lesbianas que se sitúa en el origen de la aparición de la teoría queer. Frente a la homofobia creciente de la sociedad en un contexto de pandemia del sida durante los ochenta, y a la vez frente a la pérdida progresiva de combatividad del movimiento gay y lesbiano mayoritario, así como a las formas de exclusión aparecidas en el seno de esta comunidad, en los años noventa aparece una nueva forma de activismo que se autodenominará queer. Junto a la aparición de este impulso crítico en lo político, en el plano de la teoría, las aportaciones del feminismo lesbiano y la influencia de la filosofía postestructuralista francesa, fueron los elementos que cabe situar como los antecedentes a lo que ya en plena década de los noventa se bautizó como teoría queer. El libro dedica un capítulo a exponer los argumentos principales que se han desarrollado desde esta teoría: la deconstrucción del binarismo homo-hetero y el análisis de cómo el mismo subyace al pensamiento moderno; la desnaturalización del sexo, que se concibe como un efecto o producto del género entendido como tecnología política de producción de cuerpos y subjetividades; el esfuerzo por articular estrategias políticas y teóricas de resistencia a la normalización, promoviendo la producción de identidades nómadas; la desencialización del género y su conceptualización en términos de performance, performatividad, suplemento, prótesis, etc.

En paralelo a este análisis, Sáez desarrolla una aproximación a la forma en que el psicoanálisis ha construido y se ha situado frente a la homosexualidad y la perversión. Estos dos conceptos heredados de la tradición médico-psiquiátrica del siglo XIX han sido el campo de una tensión entre la ruptura con esa herencia que abrió Freud y que permitirían la articulación de un discurso crítico y de resistencia, y la continuidad en que en muchas ocasiones se acomodó la institución psicoanalítica, convirtiendo su práctica en otra de las tecnologías de normalización sexual, reintroduciendo técnicas de cura de la homosexualidad y en definitiva, repitiendo los esquemas más homófobos de la práctica psiquiátrica. La obra de Lacan se sitúa aquí como una de las grandes excepciones a esta dinámica, recuperando el impulso crítico de Freud, y articulando un discurso no normativo de la sexualidad y la subjetividad. Son diversos los elementos del psicoanálisis lacaniano que permiten una aproximación subversiva a lo sexual: el objeto a como causa del deseo no marcado por la diferencia sexual; la imposibilidad de la relación sexual, que frustra toda fantasía de complementariedad entre los sexos; lo real y el goce como elementos disruptivos de lo simbólico, de toda fijación de sentido en lo social, de toda pretensión de adaptación y normalización, etc.

La fuerza crítica del psicoanálisis no ha sido completamente ignorada por la teoría queer. De hecho, algunas de sus autoras han establecido un diálogo constante con Freud y Lacan (Butler, Lauretis). De todos modos, y a grandes rasgos, lo que ha dominado en las relaciones entre ambas corrientes ha sido la indiferencia por parte del psicoanálisis o la crítica apresurada y a veces superficial a Lacan y a su supuesta homofobia y heterocentrismo. Sáez realiza en la última parte del libro esta puesta en relación a partir de la lectura y el conocimiento de los textos, lo cual le lleva a despejar los malentendidos y a localizar los puntos de posible conexión así como algunas de las incompatibilidades entre, en definitiva, dos lugares de enunciación distintos, que tienen como efecto de un lado una aproximación a la identidad sexual como práctica y discurso político, y de otro una conceptualización en términos de estructuras del deseo. Pero en este punto, estas incompatibilidades que finalmente no pueden ser resueltas por ninguna síntesis, permiten un diálogo productivo.