Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Septiembre 2003  
   
 
  Vivir con salud: La ola de calor
   
portada RESYM
  La Fundación Biblioteca Josep Laporte (FBJL) está realizando un informe sobre las consecuencias para la salud de la ola de calor. Para ello los técnicos de la FBJL han revisado los estudios científicos publicados recientemente sobre este fenómeno.

Una ola de calor se define como: "la presencia de 3 días consecutivos de temperaturas ambientales superiores o iguales a 32,2 grados Celsius, lo que produce un aumento de mortalidad o el agravamiento de enfermedades ya existentes"

Una muerte atribuible al calor es un fenómeno que se define, en ausencia de antecedentes atribuibles de causa traumática, herida o accidente; como que cumple uno de estos criterios:

  1. Temperatura corporal medida de más de 40.6 grados o más alta después de la muerte
  2. Temperatura ambiental en el lugar de la defunción mayor de 37.8 grados
  3. Descomposición corporal asociada a una evidencia de que la persona fue vista con vida por última vez durante la ola de calor.
Una síntesis de las conclusiones de este breve informe sería:
  1. Existe relación entre un aumento de la temperatura atmosférica y un incremento de mortalidad
  2. Las mayores causas de mortalidad son las enfermedades respiratorias y las cardiovasculares
  3. Es difícil valorar y medir este fenómeno ya que, la mayor parte de las muertes se producen en personas afectadas de otras enfermedades, como consecuencia del agravamiento de las mismas
  4. La mortalidad aumenta en personas mayores y que viven solas, así como en personas que tienen limitada sus actividades cotidianas por minusvalías físicas o psicológicas
  5. La relación entre calor y mortalidad, y entre calor y morbilidad esta suficientemente probada y requiere la adopción de medidas preventivas para proteger a las poblaciones más a riesgo de fallecer o padecer enfermedad asociada al calor.
Entre las medidas preventivas a adoptar ante incrementos de la temperatura destacan:
  1. La protección de las poblaciones más vulnerables al incremento de temperatura: población urbana, personas mayores, que viven solas, afectada por otras enfermedades y con pocos recursos económicos
  2. Desarrollar sistemas de alerta, parecidos a los existentes ante excesos de tráfico o tormentas, dirigidos a la población a través de los medios de comunicación
  3. Desarrollar planes específicos de prevención y actuación ante olas de calor, incluyendo la habilitación de espacios públicos con aire acondicionado para recogimiento de poblaciones de riesgo
  4. Adopción e información a la población de medidas preventivas fáciles de aplicar, como son la hidratación con agua, restringir el consumo de alcohol, la vigilancia de los ancianos y las personas que viven solas, disminuir la actividad física intensiva, evitar la exposición directa al calor, vestirse con ropas ligeras y cómodas, y ducharse con asiduidad
El Dr. Albert Jovell, director general de la FBJL sostiene que "Es muy difícil saber si una muerte es atribuible al calor o no, dado que la mayor parte de muertes se producen en personas que presentan otras enfermedades o factores de riesgo; pero si es factible de cara al futuro desarrollar medidas de tipo preventivo y planes de actuación destinados a disminuir el impacto en muertes y enfermedades asociado a una ola de calor. Ello supone la colaboración activa de metereólogos, medios de comunicación y la sociedad en general, dado que muchas muertes se producen en personas ancianas que viven solas en centros urbanos?. Los efectos de la ?ola de calor? en los distintos estudios analizados, o bien no presentan diferencias estadísticamente significativas en cuanto al sexo de los fallecidos, como sí presentan otras características (edad, vivir solo, etc.), o bien las presentan, pero, resultando unas veces más mortalidad en las mujeres y en otras en los hombres. Así en dos de las olas de calor sufridas por la ciudad de Chicago (EE.UU) aparecen más castigados los hombres, mientras que en la ola de calor sufrida por el Reino Unido en 1995 las más afectadas resultaron ser las mujeres2. Quizás, para determinar si realmente existen diferencias significativas se deberían analizar distintas olas de calor. Desde esa perspectiva, señalamos el artículo3 recientemente publicado que no solamente tiene en cuenta la temperatura si no también una serie de aspectos medioambientales que quizás deberían ser valorados: tales como temperatura aparente, presión atmosférica, etc. Así como distintas circunstancias sociodemográficas: nivel de estudios, tamaño de la ciudad, raza, etc. Analiza diferentes olas de calor sufridas en 7 ciudades diferentes de los EE.UU (Chicago, Detroit, Minneapolis, New Haven, Denver y Seattle) que tuvieron lugar entre finales de los 80 y mediados de los 90. Al presentar su análisis diferenciado bajo la categoría de diferencias por sexo, cuando analiza globalmente las 7 ciudades no hay diferencias, pero, al descender en detalle, si que presenta diferencias significativas especialmente en: Detroit, Minneapolis, New Haven, Pittsburgh.
   
  Bibliografía para la revisión

 
  1. Heat-Related Mortality-Chicago, July, 1995. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 1995;44:577-579.
  2. Rooney c, Mc Michael AJ, Kovats RS, et al. Excess mortality in England and Wales, and in Greater Londo, during the 1995 heatwave. J Epidemiol Community Health 1998;52:482-6.
  3. O´Neill MS., Zanobetti A., Schwartz J. Modifiers of the temperature and mortality association in seven US Cities. Am J Epidemiol 2003;157:1074-1082.
   
 

 

   
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