Según esta organización, www.wgnrr.org, las reformas en los sistemas sanitarios transforman la salud pública en una mercancía, no en una necesidad y mucho menos en un derecho; e incrementan la desigualdad en el acceso.

La parte más perjudicada de la privatización es la prevención, en educación sexual, reproductiva, prevención de la violencia, salud sexual para los adolescentes, o control de natalidad.

Estas reformas limitan el acceso de las mujeres a los derechos sexuales y reproductivos, más de 80.000 mujeres mueren cada año por abortos inseguros y cientos de miles necesitan tratamos en un centro como resultado de las complicaciones de estos abortos.

En Estados Unidos, donde la atención de la salud es el mayor sector de la economía, la proporción de mujeres en edad reproductiva sin cobertura sigue aumentado, situándose en casi un 20%.

En los países más desfavorecidos, alrededor de 1,3 billones de personas viven con menos de un dólar diario, y de ellas el 70% son mujeres, sin poder cubrir, no los servicios de salud, sino necesidades tan de primera necesidad como el agua potable o la alimentación.

La Campaña por el acceso de la mujer a la salud de RMMDR ha querido hacer un llamamiento a los distintos gobiernos para que cumplan con las promesas sobre la salud de la mujer en la Declaración de Alma Ata (1978, Salud para todos).