Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Febrero 2006  
   
 
  Noticias breves: Después de un ictus aumentan la posibilidades de sufrir otro
   
portada RESYM
  Un ictus es la interrupción de flujo sanguíneo a una parte del cerebro, bien por oclusión (isquemia) o por la rotura de una vena o arteria (hemorragia). Al no recibir sangre no recibe oxígeno lo que provoca un daño o lesión en la región afectada, las células de esta zona se quedan sin oxígeno, son incapaces de seguir cumpliendo su función y mueren en pocos minutos. El efecto es muy grave, ya que las células del cerebro, las neuronas, son irreparables.

El ictus -también conocido como embolia, apoplejía, infarto cerebral, trombosis, derrame cerebral...- está considerado la primera causa de mortalidad en la mujer, y la segunda, tras el infarto de miocardio, en los varones. También es el principal responsable de invalidez permanente y el segundo motivo de demencia. Después de un primer ictus, el riesgo de que se repita es muy elevado, uno de cada tres vuelve a sufrir otro si no se toman las medidas preventivas adecuadas.

Aunque la mayoría de los ictus se producen a partir de los 65 años, hasta en un 15% aparecen en personas de menos de 50 años. Mientras que una de cada 56 mujeres muere por un cáncer de mama, una de cada 7 fallece por un ictus, por lo general a lo largo del primer mes.

Este accidente cerebrovascular supone un enorme coste social, en pérdidas de vida, en pérdida de actividad laboral, en la alteración de la economía familiar, en sufrimiento personal, por lo que todos los especialistas piden una mayor atención de la sociedad general y de las administraciones públicas, para dotar a los hospitales de los medios necesarios para disminuir la mortalidad e incapacidad, creando Unidades de ictus, centros de rehabilitación, ayudas a domicilio...

Un ictus es el resultado final de una acumulación de hábitos de vida nocivos, que dañan constante y progresivamente los vasos cerebrales, como el tabaco, el sedentarismo, el colesterol, la obesidad, y sobre todo la hipertensión. Controlar estos factores de riesgo y llevar una alimentación más equilibrada es clave para aumentar la supervivencia y evitar recaídas. Un reciente estudio del Hospital Saint George, en Londres, señala que tomar entre tres y cinco unidades de fruta al día reduce en 11 por ciento en la incidencia de ictus, mientras que si se consumen más de cinco el porcentaje se eleva hasta el 26 por ciento.

   
 

 

   
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