Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Febrero 2007  
   
 
  Problemas sanitarios de la inmigración
   
portada RESYM
  Entre 1815 y 1930 emigraron a Canadá y Estados Unidos más de 50 millones de europeos. Hoy la inmigración es mayor que nunca, y la pobreza es el principal motivo para la inmensa mayoría de los 120 millones que hay en todo el mundo. En España había en enero del 2005, 3,69 millones de extranjeros, de los que unos 2 millones estaban en situación regular. Alicante, Baleares, Almería, Girona y Madrid concentran más de las tres cuartas partes de los inmigrantes. Desde el año 1998 el crecimiento se ha acelerado y nos acercamos a la proporción de extranjeros que residen en Alemania o Francia.

No hay duda de que las personas en situación de pobreza o marginacion social sufren de mala salud. Las diferencias entre ricos y pobres en materia de salud siguen siendo enormes, como lo son también entre otros grupos favorecidos y desfavorecidos por el nivel cultural, la clase social, el lugar de residencia o la etnia. Afrontar este problema -señala la Guía de atención al inmigrante, una iniciativa de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria, SMMFYC- es uno de los nuevos retos del siglo. "Si no se soluciona tendrá muy graves consecuencias para la economía mundial, para el orden, la justicia social y para la civilización en su conjunto".

Los problemas de salud más importantes que sufren los inmigrantes en sus países de origen son derivados de un entorno adverso y de la falta de un sistema de cuidados adecuado, lo que conlleva a altos niveles de mortalidad y morbilidad por enfermedades transmisibles que afectan sobre todo a niños y jóvenes.

Cuando llegan a un país más desarrollado, estos factores adversos desaparecen en parte, pero persisten otros propios de sus estilos de vida, aparecen otros nuevos, inherentes a las sociedades ricas, como los malos hábitos en la dieta, el sedentarismo... y, aún más, otros factores propios de las circunstancias de precariedad en la que se mueven (trabajo arriesgado, hacinamiento, prostitución, desadaptación social...)...

Según señaló Manuel Carballo, Director Ejecutivo del Centro Internacional para la Migración y la Salud (Centro Colaborador de la OMS), Suiza, en el I Foro Internacional de Periodismo Sanitario, celebrado en Las Palmas, el proceso de la emigración implica

  • Desarraigo. La inmensa mayoría de los que emigran lo hacen solos. Se separan de los familiares y de la comunidad en la que han vivido.
  • Un gran impacto sanitario. En general son personas jóvenes y sanas las que salen de su país buscando más oportunidades, pero las condiciones laborales, sociales y económicas les convierten en una población vulnerable. Se aprecia un aumento de infecciones de transmisión sexual -el panorama del sida no ha cambiado por haber mayor población de inmigrates-, tuberculosis (a veces muy resistentes), aumento de enfermedades cardiovasculares y diabetes, que puede llegar a suponer entre 6 y 7 veces más frecuente que en la población de origen.
Hay también un gran impacto de las enfermedades psicosociales, depresión, incluso suicidios (entre hijos de emigrantes es muy alto, en algunos países hasta 17 veces más). Un aumento de embarazos de alto riesgo (nacen niños de bajo peso de 3 a 5 veces más que en la población autóctona); hay más abortos, más accidentes laborales, incluso más accidentes domésticos (en Alemania, por ejemplo es 10 veces más que entre los alemanes)

Y sobre todo se observa un deterioro general en su salud cuando llegan, en especial los que han hecho en pateras, porque antes de llegar a ellas han tenido que recorrer un largo camino. A ello se añade los hacinamientos en pisos, los problemas de comunicación y dificultades para acceder a los servicios de salud, la mayoría de las veces por miedo a no tener los papeles en regla, a parte de la falta de apoyo de la comunidad y de la familia.

Diferencias entre inmigrantes
Los latinoamericanos son el colectivo inmigrante más numeroso en España, representa el 33% de todos, y más de la mitad se concentra en la Comunidad de Madrid. Los ecuatorianos son los más numerosos (13%), seguidos de los colombianos, y hasta un 70% de todos los dominicanos son mujeres.

Según la Guía de atención al inmigrante suelen presentar procesos similares a los de la población autóctona. La mitad de los motivos de consulta fueron por procesos agudos, infecciones respiratorias, enfermedades músculo-esqueléticas, digestivos, síntomas mal definidos. Los trastornos depresivos y las cefaleas fueron también importantes motivos de consulta. También señala que su concepto de salud-enfermedad está en ocasiones muy arraigada en creencias populares, como atribuir "impurezas" a ciertos alimentos, no lavarse durante la regla, vendar a los recién nacidos, creer en el mal de ojo, etc.

El segundo colectivo en número procede del norte de África (Marruecos, Túnez y Argelia), aunque el 97,7% son marroquíes. Las mujeres de este colectivo están sujetas a una gran carga de violencia social (racismo y discriminación) y psicológica. Tiene que aprender a conciliar el comportamiento que se exige a las mujeres de su país, con las maneras y costumbres occidentales. La imagen de buena musulmana debe armonizar con su propia realidad sociolaboral: mujer incorporada al mercado de trabajo, pero con marido, hijos y otros parientes a los que está obligada a cuidar. Además, en los conflictos internos familiares la mujer no cuenta con los mediadores tradicionales de su país, la solidaridad familiar y su proximidad (pueblo, barrio, clan...).

A ello hay que añadir las barreras para acceder a los servicios sanitarios, aparte del idioma, impuestas por sus propias creencias, mucho más reacia a someterse a exámenes, el pudor a descubrir su cuerpo, exploraciones ginecológicas, dermatológicas... esta demora hace imposible la correcta atención, por no hablar de la utilización de métodos anticonceptivos.

Los inmigrantes del África subsahariana proceden sobre todo de Nigeria y Guinea. Suelen ser jóvenes y sanos, aunque pueden llegar con enfermedades de su país, tuberculosis, portadores de hepatitis B y enfermedades de transmisión sexual. A ello hay que sumar las que adquieren en el país que acoje, sobre todo síndromes depresivos y accidentes laborales.

Europa oriental (países del Este), son por lo general jóvenes y mejor preparados que otros colectivos. Las patologías más prevalentes -según señala la Guía- son trastornos hepáticos, debido al alto consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo de alta graduación, tabaquismo, y numerosas enfermedades cardiovasculares, la principal causa de mortalidad, responsable de la menor esperanza de vida en estos países (de 6 a 10 años menos), no porque haya más colesterol o sean obesos, posiblemente por el tipo de dieta, consumo de pocos antioxidantes (fruta y verduras frescas) y el estrés psicosocial.

El colectivo más difícil de comunicarse en las consultas médicas es el que procede de China. Recurren muy poco a los servicios médicos, el paciente chino es más sufrido y suele confiar en remedios naturales autodispensables, incluyendo fitoterapia, masoterapia...., La cocina española la consideran pesada y demasiado salada. El que no lleva mucho tiempo no come queso, leche (el 80% tiene intolerancia a la lactosa), jamón serrano (lo consideran carne cruda) y legumbres (garbanzos y lentejas).... reacios a los análisis de sangre (piensan que debilita la salud), al cuidado dental consideran inevitable la caída de los dientes con la edad. Es muy difícil conseguir que sigan una dieta. Muchos de ellos vienen con sus creencias populares, por ejemplo, el embarazo se le clasifica como un estado "caliente", por lo que debe disminuirse la ingesta de alimentos "calentadores" (carnes rojas, grasas en general) y aumentar la de alimentos "enfriadores", frutas, verduras, etc.

Ayuda a los países en desarrollo
Son muchas las organizaciones públicas y privadas (Fundaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates, Gobiernos, y numerosas iniciativas, algunas a nivel personal) que invierten en desarrollo en los países más pobres, sin embargo no parece que se obtengan los resultados esperados, como señaló Manuel Carballo, Director Ejecutivo del Centro Internacional para la Migración y la Salud. Muchos son los que piensan que no se está haciendo bien (la Unión Europea es el mayor contribuyente a ayuda al desarrollo), y que el problema no es solo el dinero, sino en cómo organizar las ayudas, los programas, teniendo en cuenta las características de las comunidades a las que se destina. Con más apoyo, en todos los sectores, disminuiría la necesidad de emigrar.

Movimientos migratorios. Cifras para no olvidar

  • 100 millones de personas que emigran de las zonas rurales a las urbanas
  • Hay 35 millones de refugiados en otros países
  • 60 millones de refugiados viven en campamentos en sus propios países
  • Entre 100 y 200 millones de personas, a nivel mundial, emigran al año en busca de trabajo (emigración legal). La emigración ilegal se sitúa entre 3 y 5 millones año en Europa.
  • Entre 400.000 y 500.000 personas , mujeres y niños son llevados en contra de su voluntad, o engañados (tráfico)
  • La causa principal es la pobreza, el 75% no tiene acceso a agua potable
  • Hay un billón de niños desnutridos, un 60% no tiene acceso a sanidad, un
  • 40% vive con menos de un dólar al día
  • En 1999 había más de 42 conflictos mundiales, hechos por el hombre y naturales.
(Datos recogidos de la ponencia de Manuel Carballo, Director Ejecutivo del Centro Internacional para la Migración y la Salud, en el I Foro de Periodismo Sanitario)
   
 

 

   
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