La necesidad de democratizar la sanidad, el compromiso con la calidad, la importancia del asociacionismo representativo y el rechazo a que se establezcan fórmulas de co-pago de las prestaciones asistenciales sanitarias, son las principales tendencias que señala el estudio Delphi "El futuro del SNS: la visión de los ciudadanos", un informe sobre la sanidad pública en los próximos 15 años, según políticos, pacientes y profesionales.

Con ello queda claro que los ciudadanos quieren tener voz y voto en decisiones sanitarias, lo mismo que quieren participar en cuestiones de cambio climático, riesgos de salud pública o peligros asociados al terrorismo internacional. Desean que "no se tomen decisiones sin su participación", como ha señalado el doctor Albert Jovell, Presidente del Foro Español de Pacientes que ha promovido este estudio, junto con la Fundación Salud, Innovación y Sociedad; la Universidad de los Pacientes y la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), estudio que ha contado con el respaldo de Novartis. Los promotores del estudio han querido expresar el deseo de que la Sanidad no se convierta en un tema de confrontación política, y que el movimiento asociativo ha demostrado en este estudio madurez y sensatez al distinguir los pronósticos de los deseos.

En el compromiso de las personas consultadas con la calidad y la sostenibilidad del SNS, destaca la introducción de tecnologías de la información y la comunicación para evitar ineficiencias, la derivación de problemas de salud desde la atención especializada hacia una atención primaria más resolutiva y los servicios ambulatorios, la implicación de los profesionales de la enfermería en el seguimiento y el control del paciente, el establecimiento de indicadores de evaluación de la calidad y la implicación del propio paciente en el cuidado de su enfermedad.

Se observa también el deseo de una mayor rendición de cuentas por parte de instituciones y profesionales, y expresan el deseo de que los médicos estén mejor formados en habilidades de comunicación y relación con unos pacientes cada vez más informados.

Los participantes en el estudio no se mostraron a favor de la prescripción de enfermería, tampoco se mostraron a aceptar el co-pago para las prestaciones que comprenden el acto médico o los ingresos hospitalarios.

El mayor consenso del estudio se alcanzó en el rechazo a las agresiones a profesionales. También manifiestan la necesidad de que se mejore la confidencialidad y privacidad, así como la implantación de un consentimiento informado que garantice una explicación apropiada de los beneficios y riesgos de las intervenciones prescritas.

Grandes asociaciones y confederaciones de pacientes

A pesar de reconocer la existencia de dificultades en las asociaciones de ciudadanos y pacientes, los consultados pronostican para un futuro cercano el desarrollo de grandes asociaciones y confederaciones gestionadas de forma profesional, con influencia real en la política sanitaria.

Además de estas tendencias, el estudio permite extraer conclusiones dignas de mención, como la que afecta a la clase política, que debería ver en estos resultados una oportunidad de fomentar el progreso de los sistemas sanitarios hacia una mayor democratización y hacia el reconocimiento de un nuevo modelo de paciente activo. De este tipo de asociacionismo y paciente se puede obtener más desde la cooperación que desde la confrontación.