Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Julio 2008  
   
 
  Vivir con salud: España necesita un Plan Nacional de atención al anciano enfermo
   
portada RESYM
  El paciente anciano es un enfermo de alta complejidad tanto en lo que se refiere al diagnóstico como al tratamiento. Sin embargo, existe un claro problema de formación de los médicos, ya que la Geriatría apenas se contempla en las universidades. Esta realidad se traduce en diagnósticos incorrectos, malos tratamientos, una tasa elevada de ingreso hospitalario, una estancia media superior a la necesaria y un alto porcentaje de reingresos. Hay que tener en cuenta los pacientes ancianos, que suelen presentar múltiples patologías y están polimedicados, suponen entre el 45 y el 60% de las consultas de Atención Primaria y los médicos de familia no tienen la formación suficiente para abordar la complejidad clínica de estos pacientes. Así lo exponían los expertos reunidos en el 50º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).

Según el presidente de esta Sociedad, doctor Pedro Gil, "en España se necesita un Plan Nacional de atención al anciano enfermo. Es absurdo que en un país tan envejecido como el nuestro no haya una estructura de asistencia geriátrica que asegure unos mínimos-. La Geriatría es la única rama de la Medicina dedicada de forma exclusiva a atender los problemas de salud de los ancianos. Sin embargo, mientras que en Castilla-La Mancha todos los hospitales primarios tienen un servicio de Geriatría, en Andalucía, con 1.215.000 personas mayores de 65 años y 254.000 mayores de 80, nuestra especialidad no existe para el Sistema Andaluz de Salud".

Señala el presidente de la SEGG que, según se ha demostrado en numerosos estudios, la asistencia geriátrica especializada reduce la morbi-mortalidad en el anciano, el número de ingresos y reingresos hospitalarios, así como la estancia media. También mejora la recuperación funcional del paciente y reduce el consumo de medicamentos. Esto supone para el sistema de salud un ahorro muy importante de costes y recursos, por lo que los administradores sanitarios deberían valorar convenientemente la necesidad de crear una estructura mínima de asistencia geriátrica. "Lo contrario sería una cuestión de completa ignorancia".

Respecto a los ancianos enfermos dependientes, la SEGG ha creado una comisión de seguimiento para analizar la manera en la que las diferentes Comunidades Autónomas aplican los beneficios contemplados en la Ley de Promoción de la Autonomía Personal. También tiene intención de construir un mapa sociosanitario de la dependencia en España, a partir del cual establecer las prioridades sobre las que se deberá afrontar la adecuación de la Ley de Dependencia a la realidad y proceder a la reorganización de los recursos asistenciales.

La edad nunca debe ser un obstáculo para la prevención

La falta de control de los factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, no practicar ejercicio físico, consumo inadecuado de alcohol, hipertensión arterial, colesterol elevado y carencias nutricionales, son la causa fundamental de que más de la mitad de la población mayor de 65 años fallezca a causa de una enfermedad cardiovascular.

"La prevención -advierte el doctor García de Monlleó, presidente del Congreso de la SEGG- es un aspecto fundamental para reducir esta elevada mortalidad. Y la edad no puede ni debe ser una excusa".

Uno de los problemas más frecuentes en las personas mayores es el de la malnutrición. Es cada vez más frecuente el desvío de la tradicional dieta mediterránea durante la etapa laboral, que condiciona a la comida rápida y a la pérdida de la cultura alimentaria. Y esto es especialmente relevante en las personas mayores, ya que con la edad el organismo tiene más dificultades para absorber los diferentes nutrientes, como es el caso de determinadas vitaminas y oligoelementos.

"Una de las carencias habituales en los ancianos", aclara el doctor García de Monlleó, es la vitamina E, que es un potente antioxidante e impide la aparición de radicales libres, que origina lo que se denomina estrés oxidativo. Asimismo, el déficit de vitaminas del grupo B se empieza a comprobar que está relacionado con el deterioro neuronal e incluso con las enfermedades cardiovasculares, especialmente el ictus.

El ictus conlleva un deterioro cerebral por mínimo que éste sea. De hecho, es cada vez más frecuente encontrar personas que presentan una merma de su capacidad intelectual por esta causa. "También encontramos cada vez más demencias de origen dual, en las que hay una combinación de Alzheimer y accidentes cerebrovasculares. Por eso insistimos mucho que hay que emprender cuanto antes el desarrollo de hábitos saludables con el fin de prevenir todos estos problemas. Y en este punto no basta con una alimentación sana, el ejercicio físico y controlar los factores de riesgo. Es necesario también mantener una actividad intelectual activa para retrasar el deterioro cognitivo".

Señala este experto que las personas mayores deberían someterse periódicamente a una analítica con el fin de detectar posibles carencias nutricionales o anemias, además de controlar todos los demás factores de riesgo, y someterse a una valoración de capacidad cognitiva mediante escalas neurológicas, "con el fin de detectar lo antes posible el deterioro cognitivo y frenar su evolución".

El 75% de los centenarios son mujeres

Según un estudio geodemográfico del Departamento de Geografía de la Universidad de Cantabria, y publicado en el último número de la Revista Española de Geriatría y Gerontología, se espera que en 2010 haya en España más de 7.700 centenarios y más de 56.000 a mediados del siglo XXI.

Ávila, Salamanca, Guadalajara, Almería, Soria, Segovia, Zamora, León, Valencia, Orense, Alicante, Pontevedra y Toledo tienen las tasas más altas de centenarios, con más de 600 por cada 100.000 personas mayores de 85 años. Por el contrario, las provincias con menos representantes de este grupo de población son Granada, Gerona, Lérida, Ceuta y Guipúzcoa.

El volumen de centenarios ha crecido de forma paralela a la tasa de supervivencia de todas las edades, y las mujeres españolas ocupen el segundo lugar del mundo en relación a la esperanza de vida. De hecho, el 75% de las personas con más de cien años son mujeres.

Según el autor del trabajo, Pedro Reques Velasco, la genética no es la única responsable para entrar el grupo de los centenarios, también hay condicionantes socioeconómicos, territoriales y ambientales.

   
 

 

   
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