Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Abril 2009  
   
 
  Vivir con salud: Un 10% de los españoles padecen una enfermedad renal crónica
   
portada RESYM
  Cuando los riñones no funcionan bien

La insuficiencia renal se produce cuando los riñones dejan de realizar sus funciones y son incapaces de fabricar orina, o si la fabrican lo hacen sin eliminar las sustancias tóxicas de nuestro organismo. Esta acumulación de líquidos y desechos que no se eliminan por la orina resulta peligrosa para la vida. Cuando se produce una insuficiencia renal aguada, provocada por accidentes o intoxicación, la función del riñón se recupera, pero si la insuficiencia renal es crónica, progresa poco a poco y no da síntomas hasta que está avanzada. En estos casos se necesita un tratamiento que sustituya la función de los riñones, como es la diálisis. Otra alternativa es el trasplante renal.

Hay determinados síntomas que alertan de la enfermedad, importante aumento o disminución del número de veces que se orina, necesidad de hacerlo por la noche, falta de apetito, cansancio, náuseas y vómitos, dolores de cabeza, hinchazón (sobre todo en los párpados y piernas), insomnio, dificultad para respirar... Con el paso del tiempo pueden aparecer otras manifestaciones, como picores, inquietud de piernas, dolor de huesos, color de piel amarillento, mal aliento...

Uno de cada 10 españoles sufre una enfermedad renal crónica y el 6,8% está afectado por una de sus formas más avanzadas, insuficiencia renal crónica, según los datos del estudio ?Epidemiología de la Insuficiencia Renal Crónica en España (EPIRCE, datos publicados en el 2007), realizado por la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Datos de este trabajo indican también que entre el 6,5 y el 7 por ciento de estos pacientes tiene diabetes, el 16 por ciento el colesterol elevado (un 18 por ciento tiene cifras altas de LDL), el 32 por ciento son obesos y un 16 por ciento fuma en exceso.

Pero la cifra de enfermos renales es mayor cuando se analiza la población que acude a las consultas de atención primaria. Un estudio realizado en 7.000 pacientes de más de 100 centros de primaria de España, el Erocap (2007) señala que el número de personas con enfermedad renal en atención primaria es de 21,3%, es decir, una de cada cinco personas, y la cifra es especialmente elevada en mujeres mayores de 70 años.

Para la SEN las cifras son preocupantes, y lo que es más grave, "el 12 por ciento de los españoles tiene la enfermedad y no lo sabe", según señaló el presidente de la SEN, el doctor Alberto M. Castelao, con ocasión del Día Mundial del Riñón, una enfermedad que afecta a 500 millones de personas en todo el mundo.

Esta enfermedad supone un importante problema de salud pública puesto que la salud renal es el centinela de la salud cardiovascular. Para ésta y otras Sociedades médicas, como Cardiología, Atención Primaria, Geriatría, Medicina Interna... es muy fundamental la identificación temprana de la enfermedad renal en la población general, especialmente en los mayores de 60 años, donde es más prevalente.

En muchas ocasiones el diagnóstico se hace con retraso y los pacientes reciben el tratamiento cuando la enfermedad está muy avanzada. Según los especialistas el método para analizar la función renal (valoración de los niveles de creatinina sérica) no es muy eficaz, porque no es un parámetro que refleje el mismo grado de función renal en todos los casos y afecta especialmente a los de edad avanzada. Sirve más para valorar la progresión de la enfermedad que para diagnosticarla. La creatinina es un producto de desecho del metabolismo muscular que habitualmente se produce de forma constante, que se filtra a través de los riñones y se excreta por la orina. Para medir la creatinina basta con un sencillo análisis de sangre. El problema estriba en que es una prueba poco específica ya que sus valores no se elevan hasta que no hay daño substancial.

De la diálisis al trasplante

Existen tres tratamientos para la enfermedad renal crónica avanzada, la hemodiálisis, la diálisis peritoneal y el trasplante de riñón. La Hemodiálisis, es un procedimiento mediante el cual la sangre se conduce entubada desde el organismo hasta una máquina "riñón artificial" en la que después de atravesar un filtro de limpieza (membrana artificial o dializador), que permite recoger las sustancias tóxicas de la sangre y aportar otras beneficiosas, es reenviada de nuevo al cuerpo. Es la opción clásica, que se realiza en el hospital tres veces a la semana.

Los objetivos de la diálisis peritoneal son los mismos que los de la hemodiálisis: la reducción de urea, la adquisición de sustancias necesarias y la eliminación del líquido sobrante. La diferencia fundamental consiste en que el proceso se realiza dentro del propio cuerpo utilizando una membrana natural, que actúa como filtro, llamado peritoneo. Las dos opciones son igual de eficaces, aunque la peritoneal tiene un uso de unos cinco años de media, porque la membrana peritoneal se deteriora y la hemodiálisis se puede usar indefinidamente.

El 10% de todos los pacientes que necesitan terapia renal sustitutiva utiliza la diálisis peritoneal, técnica que se realiza en el domicilio. Hay dos tipos, una manual, la diálisis peritoneal ambulatoria continua (DPCA), en la que el líquido se intercambia tres o cuatro veces al día; y otra automatizada, la diálisis peritoneal cíclica continua (DPCC), en la que una máquina, llamada cicladora, elimina estas sustancias por la noche de forma automática.

Ésta es la opción más cómoda, sobre todo para los jóvenes, que pueden conectarse por la noche mientras duermen. La diálisis diaria está considerada como la más parecida al proceso fisiológico del riñón sano. De los más de 20.000 enfermos españoles en tratamiento renal sustitutivo sólo unos 2.100 se dializan todos los días en su casa.

El trasplante de riñón está considerado la opción más beneficiosa, pero a la que sólo accede el 20-25% de los pacientes en diálisis, bien porque no son candidatos o porque lo rechazan una vez trasplantados. El tiempo medio en lista de espera ronda los 18 meses. En estos momentos el trasplante renal de donante vivo es una buena alternativa de futuro.

Con motivo del Día Mundial del Riñón, la SEN ha iniciado un "plan de acción", para prevenir y tratar mejor esta enfermedad, según su Presidente, para "promover la atención integral del enfermo renal por un equipo multidisciplinar, entre nefrólogos y médicos de Atención primaria, que permita optimizar la calidad de vida en los ámbitos sanitarios, psicológico, social y laboral del paciente, además de reducir los costes sociales asociados a la enfermedad".

Más afectados por la crisis

Desde la Federación Nacional ALCER que representa a 45.000 enfermos renales españoles, se quiere manifestar la gran preocupación que existe ante la posibilidad de que los enfermos renales salgan especialmente mal parados de la crisis actual. Según señala esta Federación, su enfermedad les puede condenar al paro más que la propia crisis económica. Si en tiempos de bonanza tener que dializarse ya les acercaba al fantasma del desempleo? ¿Quién contrata ahora a un enfermo renal? ¿Cuantos empresarios están dispuestos a mantener en sus puestos a personas cuya enfermedad les obliga a un mayor absentismo laboral?

Solicitan una información completa y a tiempo sobre las diferentes opciones de diálisis que tienen estas personas, se convierte ahora más que nunca en fundamental. El paciente tiene que poder elegir la forma de tratamiento que mejor se adapta a su forma de vida. Informar mal y/o obviar alguna de las posibilidades de tratamiento, puede llevar al paro a estos enfermos y tener consecuencias laborales nefastas de por vida.

   
  Páginas de interés:

Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra las enfermedades renales

Sociedad Española de Nefrología

Asociación para la información y la investigación de las enfermedades renales genéticas



 

 

   
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