Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Junio 2004  
   
 
  Alzheimer y Demencias
   
portada RESYM
  El objetivo de la charla del pasado día 29 de abril de 2004, del Ciclo de Conferencias de Sant Cugat, organizadas por el Observatorio de Salud y Mujer y el Ayuntamiento de Sant Cugat, fue el de dar a conocer a los asistentes, los diferentes aspectos asociados a las demencias y, más concretamente, a la enfermedad de Alzheimer. La charla informativa se centró su epidemiología, historia y definición. Se insistió en la importancia del diagnóstico, se habló de los profesionales e interlocutores que intervienen en él y se comentó el camino a seguir una vez diagnosticada la enfermedad.

El Alzheimer pertenece a un grupo de enfermedades llamadas demencias, que se dan principalmente en grupos de edad avanzada. En España, el número de afectados por demencias el año 2000 duplicaba el número de casos del 1980, y la previsión es que esta cifra se duplique el 2025. Este incremento es debido al progresivo envejecimiento de la población, que es más notorio en los países desarrollados gracias al aumento de la esperanza de vida.

Las demencias implican una disminución de las capacidades mentales, una pérdida intelectual y un cambio en la personalidad que repercute en una falta de autonomía del afectado y lo hace dependiente de otras personas. La disminución de las capacidades mentales e intelectuales se conoce como Deterioro Cognitivo. A los cambios de personalidad se los llama Síntomas de Conducta.

Estas enfermedades provocan preocupación en el ámbito sanitario y social. En primer lugar, porque se han convertido en la primera causa de incapacitación y muerte dentro de su grupo de edad, y porque tienen un coste difícil de asumir por los sistemas sanitarios. En segundo lugar, las demencias tienen un fuerte impacto psico-social en las familias afectadas y en la sociedad en general.

El Alzheimer pertenece al grupo de las Demencias Neurodegenerativas. Eso significa que la situación de la persona que la sufre irá empeorando progresivamente hasta llegar a las últimas consecuencias. Típicamente, sus síntomas se detectan a partir de los 60 años. La evolución varía según el paciente, pero después del diagnóstico la esperanza de vida estimada es de entre 8 y 10 años.

Hay otras demencias degenerativas parecidas al Alzheimer, algunas de las cuales tienen tratamientos efectivos. Hay las demencias por cuerpos de Lewy, las demencias fronto-temporales, las metabólicas, y las resultantes de otras enfermedades cerebro-basculares. Es importante, por tanto, dar un diagnóstico preciso de la enfermedad siguiendo los protocolos consensuados internacionalmente.

Aunque no haya un tratamiento efectivo para combatir esta enfermedad, se ha demostrado la eficacia paliativa de los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos, y se ha valorado la importancia del acompañamiento a las personas afectadas y a sus familias, mejorando su calidad de vida y reduciendo el impacto del deterioro cognitivo sobre el enfermo y su entorno.

Se han detectado un mayor número de mujeres con diagnóstico de Alzheimer. Eso puede deberse a factores biológicos o bien a una mayor supervivencia del género femenino que sufre esta enfermedad. También cabe destacar que el perfil más frecuente del cuidador/a del enfermo de Alzheimer es una mujer, ya sea una familiar del paciente o un profesional sanitario: auxiliares, enfermeras, trabajadoras familiares, monitoras, etc. Es por este motivo que se ha creído necesario incluir estas conferencias dentro del ciclo de Salud y Mujer.

   
  Ana Llorente Vizcaino
Neuropsicóloga, de la Unidad de Diagnóstico de Trastornos Cognitivos y de la Memoria
Fundació ACE
Institut Català de Neurociències Aplicades
 

 

   
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