En el mes de julio de 2004 la Unidad de Valoración y Demencias del Hospital Santa Caterina de Girona desarrolló un estudio sobre los costes económicos de esta enfermedad y arrojó la conclusión que España tendrá entre medio millón y un millón ochocientos de enfermos (diagnosticados o no) en el 2050.

Según este estudio, el Alzheimer provoca un deterioro cognitivo y funcional que aumenta con la edad y que se dobla en intervalos de cinco años. La enfermedad tiene una prevalencia de entre 0,7% y un 1% de personas entre 60 a 64 años. En mayores de 90 años alcanza hasta el 40% o 50%. Dado el creciente número de enfermos de Alzheimer las últimas décadas, se ha observado un incremento de la esperanza de vida de los enfermos y por tanto de los costes destinados a los recursos sanitarios necesarios para atender las necesidades de los pacientes y sus familias.

El estudio realizado por el Hospital Santa Caterina de Girona mostraba cómo el coste de esta enfermedad aumentaba con el agravamiento del enfermo, dada la necesidad de una atención permanente. Los costes de la atención contemplados en el estudio incluyen el coste del diagnóstico y el tratamiento, la carga económica y emocional de pacientes, familiares y proveedores de asistencia sanitaria. Por otro lado el coste soportado por la familia es superior al 75% del total.

Los costes anuales totales de los pacientes con demencia en fase inicial, según el estudio, podían llegar a ser de 5.032 euros, los enfermos en la fase intermedia podían llegar a consumir recursos y atenciones valorados en 7.703 euros. En una fase avanzada, el coste total por año ascendería a los 13.807 euros.

Según el estudio las mujeres y los solteros suponen un menor gasto debido a que un factor determinante para el incremento del gasto es la existencia de una pareja que actúa como cuidador informal.

Los datos resultantes demuestran cómo las mujeres en una situación de discapacidad reciben un menor número de horas de atención de los cuidadores informales que los hombres.

Finalmente se ha detectado un incremento del consumo de psicofármacos por parte de los cuidadores, debido a los problemas de salud asociados al cuidado del enfermo, principalmente síntomas ansioso-depresivos, estrés, trastornos de sueño, fatiga y somatizaciones.

Más información: Secundino López-Pousa, et al. Análisis de los costes de la enfermedad de Alzheimer en función del deterioro cognitivo y funcional. Medicina Clínica. Volumen 122 - Número 20 p. 767 - 772