Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Marzo 2005  
   
 
  Conceptos básicos para la paciente hipertensa
   
portada RESYM
  La hipertensión es el término que se utiliza para referirse a la tensión arterial elevada. Habitualmente una persona que tiene hipertensión tendrá una presión máxima por encima de 140 y una mínima por encima de 90. La presión sanguínea viene determinada por la cantidad de sangre bombeada por el corazón y por el tamaño y estado de las arterias. Existen otros factores que pueden afectar la presión sanguínea, como por ejemplos: el volumen de agua en el organismo, la cantidad de sal en el cuerpo, la condición de los riñones, del sistema nervioso o de los vasos sanguíneos y los niveles de las diferentes hormonas en el cuerpo. La hipertensión puede ser causada por factores genéticos, sexo (a partir de la menopausia la mujer tiene más probabilidad de presentar hipertensión), edad y un factor claramente relacionado es el sobrepeso.

La hipertensión no suele tener unos síntomas claros. Hay personas que pueden experimentar un dolor de cabeza leve. Si el dolor de cabeza es fuerte o si la persona experimenta varios de los síntomas señalados a continuación, debe consultar con un médico, ya que puede ser un signo de presión sanguínea peligrosamente alta o una complicación de su presión sanguínea.

  • Cansancio
  • Confusión
  • Cambios en la visión
  • Dolor de pecho tipo angina (dolor en el pecho opresivo)
  • Insuficiencia cardíaca
  • Sangre en la orina
  • Hemorragias nasales continuadas
  • Latidos cardíacos irregulares
  • Zumbido o ruido en el oído
La hipertensión se controla mediante un tratamiento prescrito por un médico, que debe hacer un seguimiento al paciente, puesto que la falta de control puede llevar a provocar la aparición de enfermedades coronarias, derrame cerebral o problemas renales.

Existen un conjunto de consejos prácticos que le ayudaran a mantenerla a ralla:

  • El hecho de tener la presión arterial alta no significa que vayamos a tener unos síntomas inmediatos.
  • Siga la medicación prescrita por su médico regularmente, siguiendo las instrucciones que le ha dado en la consulta
  • Siga una dieta sana y equilibrada
  • Elimine la sal de su dieta
  • Abandone el hábito de fumar
  • Reduzca su peso
  • Mantenga una actividad física continuada, incluyendo ejercicios aeróbicos (subir escaleras, andar a buen ritmo, etc)
  • Mantenga un control continuado de su presión arterial
  • No se salte los controles médicos
   
 

 

   
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