Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Mayo 2006  
   
 
  Vivir con salud: Los enfermos mentales padecen un alto grado de estigmatización
   
portada RESYM
  Gran parte de la población identifica enfermedad mental con retraso mental y con discapacidad. Así se desprende del estudio "Estigma social y enfermedad mental", firmado por los investigadores de psicología Manuel Muñoz, María Crespo, Eloísa Pérez Santos y Ana Isabel Guillén. Para la elaboración del estudio se entrevistaron a 108 pacientes con enfermedad mental crónica, a 51 familiares, 110 profesionales y a 439 ciudadanos de la Comunidad de Madrid. Estudio que cuenta con el respaldo de la Obra social de Caja Madrid y de la propia Comunidad.

De este estudio se desprende que hay un gran desconocimiento sobre la enfermedad mental, un 56% de la población general la identifica con retraso mental o con discapacidad psíquica. La mayor parte de los estereotipos con estas personas son aquellos relacionados con la peligrosidad y la incompetencia, aunque también se observa un pequeño porcentaje que piensa que son genios.

De estos prejuicios, según el profesor Manuel Muñoz, se deriva las discriminación en el ámbito laboral, relaciones sociales, o acceso a viviendas.

Poco comprendidos por la propia familia

Un 38% de las personas con una enfermedad mental crónica dice sentirse sobreprotegido por la propia familia. Y en una buena parte es la propia familia quien tiene una opinión negativa de ellos y un desconocimiento de la enfermedad muy similar al de la población general. El propio Manuel Muñoz quiere comprender este dato por la sobrecarga que llevan los familiares y las pocas ayudas que reciben.

Las personas con enfermedad mental que intervinieron en el estudio reconocen que se sienten rechazados por familiares y amigos, y sobre todo en el mercado laboral. Hasta un 24% de ellos señala que no llega a salir de casa.

Por otro lado, los medios de comunicación no contribuyen a mejorar la situación, y según los encuestados sólo se habla de ellos para relacionarles con informaciones sobre delitos o hechos similares.

En otro trabajo, de José J. Uriarte, de la Unidad de Gestión Clínica de Rehabilitación del hospital de Zamudio, sobre ?Violencia, enfermedad mental y estigma?, http://www.psiquiatrialegal.org el autor señala que precisamente estas informaciones en los medios de comunicación, potencian y perpetúan la estigmatización de los las personas con una enfermedad mental. A consecuencia de ello, señala, la opinión pública encuentra justificado su miedo y su rechazo y trata de segregarlos de la comunidad porque les presupone peligrosos.

La revisión bibliográfica que hace el autor sobre relación entre la enfermedad mental grave y las conductas violentas ofrece resultados variables y contradictorios. Los factores clínicos más relacionados con conducta violenta son el abuso de tóxicos y el incumplimiento del tratamiento.

El autor se refiere también a la "banalización" de la enfermedad mental, por la que se identifica cualquier conducta indeseable como enfermedad. ?De esa manera se coloca en el mismo campo de la "salud mental", compitiendo por los mismos recursos, a conductas dudosamente clasificables como "patológicas" y a enfermedades mentales graves.

Termina señalando el autor que el estigma es una barrera real para la asistencia e integración social de las personas con una enfermedad mental grave, como la esquizofrenia, y para sus familiares. Y que la mejor manera de luchar contra la violencia en la enfermedad mental grave y el estigma resultante es procurar el mejor tratamiento disponible, garantizar el contacto con los servicios de los pacientes y evitar la marginalidad.

   
 

 

   
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