Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Septiembre 2006  
   
 
  Vivir con salud: Síndrome postvacacional, la vuelta de las vacaciones nos deprime
   
portada RESYM
  La reincorporación a la actividad laboral, familiar y a la rutina social, va acompañada en muchas ocasiones de una serie de síntomas que se conocen con síndrome postvacacional. No llega a ser una enfermedad, pero altera nuestro estado físico y psíquico. Insomnio, cansancio, apatía, dificultad para concentrarse, sin interés por realizar cualquier actividad, náuseas, dolores musculares, alteraciones del ritmo intestinal...

Según los especialistas, estos síntomas no reúnen criterios de una verdadera depresión. Son síntomas ligeros diferentes de los de la enfermedad depresiva, transitorios, que remiten espontáneamente una vez que la persona se acopla a su trabajo y pone en marcha sus mecanismos de adaptación.

Los síntomas pueden aparecer en algunas personas unos días antes de finalizar el periodo vacacional, en especial en aquellas que no están conformes con lo que se van a encontrar a la vuelta (trabajo y/o familia, colegio...), que se toman las vacaciones como la culminación de lo mejor que les puede pasar, o que regresan sin ningún periodo de transición.

Qué se puede hacer
Se puede combatir este síndrome adelantando unos días el regreso de las vacaciones, para irse aclimatando a la nueva situación, no agobiarse por el regreso, ser más optimista, recuperar lo antes posibles los hábitos de sueño y alimenticios y comenzar el trabajo de forma gradual, si es posible. Hay que pensar que es algo normal y de corta duración, que se pasará en unos días o un par de semanas.

Conviene en los primeros días no tomar decisiones decisivas sobre el futuro (laboral o familiar) y esperar unos días para ?verlo mejor?. Emprender alguna otra actividad, más lúdica, que ayude a llevarlo mejor o a levantar el ánimo, apuntarse a un gimnasio, realizar algún curso por el que siempre se interesó (pintura, fotografía, escritura...), intentar salir con los amigos y, ¿por qué no?, pensar en las siguientes vacaciones, o fines de semana.

Algunas actividades son más propicias a padecer este síndrome, generalmente las más estresantes, como la de los profesores de las grandes ciudades, policías, mineros, controladores aéreos, periodistas, médicos y otros personal sanitario, camareros, oficinistas, agentes de bolsa y opositores, entre otros.

¿Y si no se pasa?
Muy raramente puede desencadenarse una auténtica depresión, que necesitaría un tratamiento especializado, pero para ello se precisa la presencia de otra serie de factores, como serían antecedentes personales de cuadros depresivos ante situaciones vitales estresantes de otra naturaleza, personalidades con dificultades para afrontar los problemas, o excesivamente perfeccionistas o inseguras. Si a ello se le añade un trabajo estresante y poco satisfactorio, el riesgo será mayor.

Tampoco hay que confundir con el síndrome burn out (estar quemado), que conlleva un desgaste laboral, desgaste del idealismo y las expectativas que se habían puesto en la labor a desarrollar y falta de logros.

   
  Recursos Relacionados:

  Recomendacones para una mejor adaptación en los primeros días de trabajo

 

 

   
Imprimir
© OBSYM 2006