Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Septiembre 2006  
   
 
  Noticias breves: Las enfermedades cardiovasculares pueden y deben prevenirse
   
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  En Europa, las enfermedades cardiovasculares representan el 49 por ciento de todas las muertes; un tercio ocurre en población de menos de 65 años. Una de cada 17 mujeres y 1 de cada 8 hombres mueren por esta causa antes de esa edad, según señaló el presidente de la Sociedad Europea de Cardiología, Michael Tendera, en el último congreso de Cardiología que reunió en Barcelona a más de 30.000 especialistas.

Los cardiólogos han vuelto a reiterar lo que venían diciendo hace años, controlar los factores de riesgo, como la hipertensión, el colesterol elevado, la obesidad y la diabetes son claves para mantener un corazón sano, con una dieta sana, consumir frutas y verduras de forma habitual, aceite de oliva mejor que refinado, no abusar de las grasas, y hacerlo con moderación, hacer ejercicio con regularidad y abandonar el hábito del tabaco.

Se calcula que un 81% de los infartos en menores de 45 años ocurre en fumadores. Las mujeres fumadoras tienen un 400% más de riesgo de sufrir un infarto, y es que el tabaco añade un esfuerzo excesivo al corazón, lo que hace que los vasos se estrechen o se obstruyan, debido también a sus componentes, como la nicotina, el monóxido de carbono y todos los radicales libres. También aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardiaca de 10 a 15 latidos por minuto.

Como señaló el doctor Valentí Fuster, presidente de la Fundación Mundial del Corazón, que la prevención debe comenzar desde la infancia, con contenidos de salud en la escuela y fomentar el deporte y el ejercicio. España tiene la mayor tasa de obesidad infantil de Europa, y el 65% de ellos lo seguirán siendo en la edad adulta. Según este especialista, o se cambian los hábitos de vida o en pocos años la sanidad se colapsará en muchos países.

Controlar estos factores sería mucho más barato y efectivo que todos los tratamientos (fármacos, cirugía, stent...), que no curan la enfermedad, sólo palian los síntomas, según señalaron los expertos.

Las enfermedades cardiovasculares ocupan la primera posición, por encima del cáncer y las enfermedades infecciosas juntas. Estas recomendaciones no son nuevas, los especialistas llevan insistiendo en ello muchos años, pero el número de casos no solo no baja, sino que aumenta en todo el mundo.

A estas recomendaciones viene a añadirse el control del perímetro de cintura. La grasa abdominal está considerada un parámetro muy claro del riesgo cardiovascular. Más de 103 cm en el hombre y 85 cm en la mujer (justo por encima del ombligo) significa que las células de la grasa (adipositos), intervienen en el proceso metabólico, en el aumento de los niveles de colesterol, en un mayor riesgo de placas de ateroma, resistencia a la insulina...

Anualmente se producen en todo el mundo, unos 10 millones de infartos de miocardio, 3 millones de ellos graves. Estos pacientes presentan, además, un mayor riesgo de volver a tener otro infarto, o un ictus. Los síntomas más frecuentes consisten, principalmente, en dolor torácico similar a una "puñalada", o en una sensación de opresión torácica, sofoco, entumecimiento u hormigueo, a nivel del brazo o del cuello, náuseas y dolores en otras zonas del cuerpo (espalda o estómago).

La causa principal es la ruptura de una placa de ateroma, lo que origina un coágulo o trombo, responsable de estos accidentes cardiovasculares. El ejercicio retrasa el estrechamiento de las arterias La Fundación Española del Corazón, con motivo del Día Mundial del Corazón ha señalado que se debe comenzar a practicar deporte de manera gradual e ir aumentando el tiempo, la intensidad y la frecuencia de la actividad hasta que el corazón se fortalezca. La actividad física retrasa el estrechamiento de las arterias del corazón y del cerebro, favorece que el cuerpo utilice la grasa almacenada en exceso, lo que permite prevenir la obesidad, modifica los niveles de colesterol para incrementar el colesterol "bueno" (HDL), permite mantener concentraciones normales de glucosa en sangre, reduce la tensión arterial alta y favorece el abandono del hábito tabáquico, ya que los fumadores que hacen ejercicio tienen dos veces más posibilidades de éxito en sus intentos de dejar la nicotina.

   
 

 

   
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