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Según un estudio realizado en la Universidad de Alberta, en Canadá, es posible que el dolor crónico interrumpa la atención de una persona y dañe algunos recursos que el cerebro dedicaría a la memoria a corto plazo.
El dolor crónico afectaría al proceso del cerebro para almacenar esa información cuando se realizan varias actividades cotidianas a la vez, como por ejemplo marcar un número de teléfono que se conoce, al tiempo que se coge un lapicero, y se pone unas gafas. La atención y la memoria de estas personas se vería disminuida con respecto a las personas sin dolor crónico.
El estudio se realizó en un grupo pequeño de hombres y mujeres que padecían dolor sobre todo en articulaciones, espalda, brazos, piernas... durante los últimos seis meses.
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