Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Febrero 2009  
   
 
  Vivir con salud: La adición al juego es una enfermedad
   
portada RESYM
  La ludopatía crece en épocas de crisis

La adición al juego no es un vicio, sino una enfermedad que se caracteriza por el impulso descontrolado a jugar, como lo puede ser el impulso descontrolado a robar (cleptomanía), o a quemar (piromanía). Se calcula que más de medio millón de españoles sufre serios problemas de juego y unos 800.000 más presentan síntomas característicos de ludópata.

El escritor ruso Feodor Dostoievski retrató con detalle está enfermedad en una de sus novelas más conocidas "El jugador" (pasada a la pantalla). El propio autor sentía una irrefrenable pasión por el juego que le llevó a contraer deudas elevadas y abandonar el país por miedo a la cárcel.

El ludópata no nace de pronto, sus impulsos van creciendo con el tiempo hasta convertirse en una adición que no reconoce, está convencido de que puede dejarlo en cualquier momento y que lo hace para recuperar lo perdido, porque piensa que va a tener una buena racha, o porque la única posibilidad que le queda de salvarse es seguir jugando. Se olvida que son juegos de azar, no intervienen las habilidades del jugador, ni hay sistemas para que salga más un número que otro; miente a familiares y amigos, y puede llegar a perder todos su bienes y el trabajo.

Es una adición presente en el ser humano en todos los tiempos, a los juegos de los casinos vinieron a sumarse las máquinas tragaperras y desde hace unos años el jugador lo tiene todavía más fácil, puede hacerlo por internet, jugar a lo que quiera y cuando quiera, hay más de medio millón de páginas para jugar en la red. Además, en épocas de crisis aumenta el número de jugadores que espera conseguir dinero rápido y sin esfuerzo.

Las personas que sufren de ludopatía muchas veces se avergüenzan de ello e intentan que los demás no se enteren de su problema. La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association) define a la ludopatía como el comportamiento que consta de cinco o más de los siguientes síntomas:

  • Cometer delitos para conseguir dinero para jugar
  • Sentirse inquieto o irritable al tratar de jugar menos o dejar de jugar
  • Jugar para escapar de los problemas o de sentimientos de tristeza o ansiedad
  • Apostar mayores cantidades de dinero para intentar recuperar las pérdidas previas
  • Haber tenido muchos intentos infructuosos por jugar menos o dejar de jugar
  • Perder el trabajo, una relación u oportunidades en sus estudios o en su carrera debido al juego
  • Mentir sobre la cantidad de tiempo o dinero gastada en el juego
  • Necesidad de pedir dinero prestado para sobrevivir debido a las pérdidas ocasionadas por el juego
  • Necesidad de apostar cantidades cada vez más grandes de dinero para sentir excitación
  • Pasar mucho tiempo pensando en el juego, como experiencias pasadas o formas de conseguir más dinero con que jugar
  • Según las asociaciones de jugadores de azar, los adictos al juego son cada vez más jóvenes. Se calcula que tres de cada 10 afectados de esta enfermedad son mujeres, sin embargo, solo representan un 10% de las personas que deciden seguir un tratamiento para dejar esta adicción.

    La ludopatía es una adicción que se presenta asociada a otras, como el alcohol, tabaco... El perfil más clásico de quien juega de modo patológico es el de una persona con problemas de ansiedad, dificultades de adaptación social y escasa tolerancia de las frustraciones.

    Tratamiento, empezar por reconocerlo

    El ludópata rara vez reconoce que tiene un problema, está convencido que puede dejarlo cuando quiera. A veces son los familiares, o el juez (debido a las deudas contraídas, o al robo) quienes dan el primer paso hacia la rehabilitación. El tratamiento que ofrecen, generalmente de forma gratuita, las Asociaciones de Jugadores Rehabilitados, ha demostrado ser una de las formas más eficaces de afrontar y resolver los problemas ocasionados por la adicción al juego.

    Según la Asociación Gallega de Jugadores de Azar (Agaja) el 40% de las personas que comienzan un tratamiento en esta asociación de ayuda no consigue finalizarlo. El índice de abandono es muy alto porque muchos acuden presionados por sus familias y por el juzgado, y por eso no son capaces de dejar el juego totalmente, según Juan José Lamas, presidente de la Asociación. Los que sí consiguen finalizar el tratamiento, de entre 12 y 18 meses de duración, tienen un poco más fácil dejar el juego y, de hecho, el 60% de las personas que lo acaba no volverá a jugar en su vida. Según esta misma Asociación, hace diez años la edad de la persona que pedía ayuda era de entre 30 y 40 años, ahora es de entre 19 y 20 años. Un problema que, según avance la crisis, dicen, será peor.

       
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