Revista Electrónica de Salud y Mujer
    Marzo 2010  
   
 
  Noticia breve: Las enfermedades cardiovasculares son distintas en las mujeres
   
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  Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en la mujer española, según la Encuesta Nacional de Salud del 2007. De todas ellas ocupan la primera posición en mortalidad las enfermedades cerebrovasculares, seguidas por las enfermedades isquémicas del corazón y la insuficiencia cardíaca. A pesar de ello 9 de cada 10 mujeres (87%) subestima el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca y la considera todavía una "enfermedad de hombres".

A pesar de que tanto las manifestaciones clínicas, como la respuesta a los tratamientos son distintas en ambos sexos, menos del 20 por ciento de los médicos conoce que las mujeres tienen mayor riesgo de mortalidad de origen cardíaco que los hombres. Y es que se estima que dos de cada tres casos de muerte súbita en mujeres no tienen recogida en su historia clínica antecedentes familiares o factores de riesgo cardiovascular, así lo señalaban los expertos reunidos en el 10º Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer del Instituto Palacios.

Frente a los hombres, en las mujeres la enfermedad cardiovascular se presenta 10-15 años más tarde. Tras el primer infarto, el 44% de las mujeres y el 27% de los hombres mueren durante el primer año. Y respecto a los síntomas, la angina de pecho es más frecuente en la mujer (47%) que en el hombre (29%).

Las mujeres durante la edad fértil tienen un menor riesgo de eventos cardiacos, pero esta protección desaparece después de la menopausia. La probabilidad de sufrir estas enfermedades aumenta con la edad y en la actualidad la mayor esperanza de vida de la mujer explica que a partir de los 75 años sea mucho más frecuente en ellas que en ellos. De ahí que en las próximas décadas con el progresivo envejecimiento de la población esta tendencia a afectar a las mujeres vaya a ser aún más pronunciada.

Tanto en hombres como en mujeres, uno de los factores de riesgo cardiovascular más importante es el tabaquismo. "En el caso de las mujeres, está asociado a la mitad de eventos coronarios. Además, este hábito tóxico reduce la edad de aparición del infarto agudo de miocardio inicial en mayor medida en mujeres que en hombres", según el doctor Santiago Palacios, presidente del comité organizador del encuentro.

La distribución de los factores de riesgo coronarios clásicos también son diferentes entre sexos observándose entre las mujeres mayor incidencia de diabetes mellitus e hipertensión arterial. "Además, los factores de riesgo son más prevalentes en las clases socioeconómicas más desfavorables y hay que tener en cuenta que el número de mujeres de edad igual o superior a 65 años que se encuentran en el nivel de pobreza es el doble que los hombres", señala el doctor Palacios.

La mujer, hasta la fecha, no ha sido muy consciente de los riesgos que esta enfermedad puede tener y las conductas de prevención de los factores de riesgo, sobre todo la hipertensión, el colesterol o la diabetes, no han sido todo lo enérgicas que se requieren.

Destacaron también los especialistas en este encuentro la importancia de la obesidad por ser un factor de riesgo más prevalente en la mujer a cualquier edad. En España, el 14% de las mujeres adultas padece obesidad y el 53% presenta sobrepeso. Un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 (resultado de dividir el peso en Kg. entre la medida de la estatura en metros al cuadrado) aumenta 3 veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2, casi 2 veces el de tener hipertensión arterial y 1,5 veces el de sufrir una alteración del metabolismo de los lípidos.

Diferencias que ponen en peligro la vida de la mujer

Las diferencias en las enfermedades cardiovasculares también se observan en las investigaciones y ensayos clínicos, la inmensa mayoría de las veces desarrollados en varones, e incluso hay diferencia en la demora en el diagnóstico, por malinterpretar o minimizar los síntomas o por la decisión de la paciente de posponer la visita a su médico, lo que pone en peligro su vida.

Según responsables de la Sociedad Española de Cardiología, el intervalo de tiempo que transcurre desde que el paciente con infarto agudo de miocardio entra en un hospital, hasta que recibe el tratamiento resulta fundamental para su supervivencia y no debería ser superior a 90 minutos. Según los expertos, a ese tiempo ya hay que sumar también las dos o tres horas que acostumbran a pasar desde que un paciente sufre un infarto, hasta que llega al hospital.

En cuanto a los síntomas, el más conocido en el hombre es el dolor torácico, en la mujer, en un número considerable de veces no hay dolor torácico como forma de presentación de un infarto, se manifiesta más mediante fatiga, sensación de ahogo, trastorno gástrico o dolor de espalda o de mandíbula, señales que la paciente no identifica con el corazón.

   
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