250 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE WOLFGANG AMADEUS MOZART (Salzburgo 1756-Viena 1791)
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En octubre de 1823 el pianista Ignacio Moscheles, de paso por Viena, decidió visitar a Antonio Salieri, el viejo maestro de capilla de la corte, que estaba ingresado en el Hospital General por graves motivos de salud. En una carta dirigida a un amigo, Moscheles relata en los siguientes términos su visita:
El encuentro fue muy triste. Su aspecto físico me impresionó y sólo pronunciaba algunas frases entrecortadas referidas a su muerte inminente. Pero al final me dijo: <<Aunque esta sea mi última enfermedad, le puedo asegurar bajo mi palabra de honor que no hay verdad alguna en ese absurdo rumor; usted sabe que se me supone haber envenenado a Mozart. Pero no, es malicia, pura malicia; dígale al mundo, estimado Moscheles, que el viejo Salieri, que pronto morirá, se lo dijo.>>
La investigación histórica no ha hecho sino confirmar las palabras de Salieri, pese a lo cual se ha convertido en el compositor más difamado de la Historia de la Música gracias últimamente a la oscarizada película de Milos Forman Amadeus (1984), que de paso nos presenta la figura de un superdotado, Mozart, como la de un idiota.
Sería interesante saber qué obras de Mozart han escuchado o simplemente conocen por su título los espectadores de la película de Forman. Mucho me temo que el resultado rozaría niveles alarmantes, y si preguntásemos por Salieri lo más seguro es que casi ningún espectador supiese de su existencia antes de asistir a la proyección del film.
Querríamos aprovechar la efeméride del nacimiento de Mozart para divulgar en nuestra comunidad universitaria la obra de uno de los más interesantes compositores de todos los tiempos, tanto por su genial producción musical como por las particulares circunstancias de su existencia, que por si solas cubren un capítulo sobre la psicología humana. A través y con motivo de nuestra humilde exposición conmemorativa nos gustaría pedir un pequeño esfuerzo: a los que ya conocen la música de Mozart, que escuchen alguna obra suya que todavía desconozcan. A los que nunca han escuchado su música, que escuchen aunque sólo sea una pieza suya. A los más atrevidos y que dispongan de más tiempo, que lean algunas páginas relativas a su vida y a su obra y que escuchen a Salieri.
Si gracias a esta iniciativa conseguimos aficionar a alguien a la música de Mozart, sustituyendo de paso la imagen de un Mozart estúpido por la de un Mozart genial y reivindicando a la vez la figura de Salieri, que tuvo la desgracia de coincidir en el tiempo con él –y el suyo no es el único caso en el que la valía de un compositor queda eclipsada por la de otro-, tendremos la sensación de haber hecho algo positivo a favor de la cultura y de la verdad histórica.
Maricarmen Gómez Muntané