Abstract: |
La incorporación del bienestar subjetivo en términos de indicadores de desarrollo humano se fundamenta en la concepción teórica de que el estudio y la promoción del desarrollo humano deben integrar dimensiones que superen los factores asociados a las condiciones materiales de vida, tradicionalmente considerados como medidas absolutas o excluyentes del bienestar. Aunque es evidente que la relación entre la satisfacción de necesidades materiales es condición para el surgimiento y desarrollo de las necesidades y capacidades subjetivas, no parece estar todo dicho sobre la forma en que un funcionamiento psicológico óptimo depende de funcionamientos socio-económicos básicos. Este estudio parte del supuesto de que los fenómenos que remiten al bienestar subjetivo y al bienestar económico-material se vinculan, pero no necesariamente se explican ni determinan mutuamente. El 18,7% de la población presenta algún tipo de sintomatología ansiosa o depresiva, el 18,2% se siente poco satisfecho con su vida y casi 1 de cada 3 se siente poco o nada feliz. En relación con los recursos cognitivos, el 23,7% de la población manifiesta afrontamiento negativo, mientras que el 11% presenta creencia de control externo. La condición de pobreza afecta las probabilidades de experimentar una situación deficitaria para todos los indicadores seleccionados. Ser pobre por ingresos o indigente incrementa de manera notoria las posibilidades de padecer malestar psicológico, experimentar poca satisfacción con la vida, sentirse poco o nada feliz, así como también la probabilidad de afrontamiento negativo o creencia de control externo. Entre los individuos en hogares con al menos una carencia relativa a derechos sociales o económicos, se duplica la proporción de población con sintomatología ansiosa y depresiva, en comparación a aquellos que no evidencian ninguna carencia en los derechos sociales y económicos seleccionados. A medida que se incrementa la cantidad de carencias observadas en dimensiones de derechos sociales, la incidencia del malestar psicológico se incrementa. Si bien con distintas proporciones según el indicador considerado, la presencia de carencias en alguna dimensión y la cantidad de estas contribuyen a incrementar de manera importante las probabilidades de experimentar déficit para los indicadores observados. Con diferencias en las proporciones, se percibe para todos los indicadores una incidencia menor para los que no son pobres ni vulnerables por carencias. A excepción de la experiencia de sentirse poco o nada feliz, se observan además niveles diferenciales de déficit para los distintos indicadores según las categorías de la matriz. Las situaciones de pobreza multidimensional, que son las que presentan de manera simultánea carencias en términos de ingresos como de derechos multiplican las chances de presentar algún aspecto de malestar subjetivo. Esto se incrementa aún más para los casos que presentan pobreza multidimensional extrema. |