| Resum: |
La raza Rasa Aragonesa es la más importante, censal y económicamente, de la cuenca media del Ebro y especialmente de Aragón. Dicha región guarda desde la antigüedad numerosas muestras que denotan su gran riqueza ovina, prolongada hasta nuestros días, destacando siempre sus ovinos de lana entrefina, blancos y mochos, descendientes del Ovis aries ligeriensis y el Ovis aries auverniensis. La Rasa Aragonesa agrupa un total de 2,6 millones de cabezas, siendo la segunda española en censo, tras la Merina. De tamaño mediano, proporciones medias y perfil frontonasal subconvexilíneo, posee una gran rusticidad y adaptación al medio semiárido en donde vive, constituyendo un verdadero "vientre económico". Su precocidad sexual permite cubriciones a los 7-9 meses de edad en las corderas nacidas a primeros de año, ofreciendo la raza una amplia actividad sexual, sólo disminuida en primavera (anestro estacionario). La prolificidad varía según la época de cubrición, oscilando entre 1,20 y 1,50. La tasa de crecimiento de 0-30 días, oscila entre 200 y 230 g/día según sexo y modo de nacimiento, aumentando hasta 250-270 g de 30 a 90 días, y llegando a alcanzar pesos finales de 24 a 27 kg. Tras el destete, los índices de trasformación se sitúan sobre 3,40 para los machos y 3,80 en las hembras, ofreciendo rendimientos de canal entre 48,5-49,5%. cordero es de calidad reconocida (Ternasco de Aragón), permitiendo la precocidad de la raza canales bien terminadas a los 10 kg de peso. El cruce industrial ha sido muy utilizado pero en la actualidad su interés es menor; se han realizado cruces mejorantes de la prolificidad con la raza Romanov, creándose incluso una raza sintética (Salz). Es una raza de gran capacidad para valorizar recursos renovables (pastos) en sistemas extensivos, lo que permite una elevada economía biológica y sirve de base, desde hace siglos, a una verdadera ganadería sostenible, perfectamente coordinada con el medio natural. |
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