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Podríamos definir la APOC como "la práctica de la atención primaria con responsabilidad poblacional, orientada a la mejora de la salud de una comunidad definida, basada en la identificación de las necesidades de salud y las acciones de atención correspondientes, con la participación de la comunidad y con la coordinación de todos los servicios implicados en la salud o en sus determinantes". Se trata de un proceso en el que los servicios de atención primaria se responsabilizan de la salude todos los miembros de la comunidad y no tan sólo de los usuarios de los servicios. Esta característica le atribuye una diferencia fundamental con los servicios tradicionales, orientados básicamente a la curación y tratamiento de síntomas y enfermedades de la población que demanda servicios, por lo que la APOC se convierte en una alternativa consistente para la re-orientación de los servicios con el objetivo de mejorar la salud de la población en su conjunto. Las acciones en la APOC, integran las propias de la atención primaria con otras de salud pública a nivel local. Los elementos necesarios para que un servicio de atención primaria de salud pueda aplicar la metodología APOC son básicamente: una comunidad definida; una práctica de atención primaria integral y con responsabilidad longitudinal y de coordinación; unos servicios de salud accesibles y próximos a la comunidad; la orientación a la comunidad en su conjunto y no sólo a la demandante de servicios; la participación de la comunidad con el objetivo de alcanzar la toma de responsabilidad en la promoción y el mantenimiento de su propia salud; un equipo de trabajo multidisciplinario; y un equipo con capacidad de movilizarse fuera del centro de salud para reconocer el entorno del individuo y de las familias. El ciclo metodológico de la APOC comprende las etapas denominadas como: examen preliminar de la comunidad, priorización de los problemas de salud, diagnostico comunitario del problema(s) seleccionado(s), planificación, implementación y evaluación de la intervención comunitaria, y re-examen de la situación inicial. Se recomienda el uso de métodos de asesoría rápida para la primera etapa del proceso y como criterios principales para priorizar el problema(s) sobre el que se va a intervenir: la importancia de dicho problema, así como la factibilidad y la efectividad de las alternativas de intervención posibles. Para la planificación de las etapas posteriores, la metodología más recomendable será la que permita adaptarse a los ritmos propios del trabajo con la comunidad con las incertidumbres y cambios que la participación comunitaria conlleva. |
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