Aspectos socioasistenciales de la osteoporosis del anciano
Nolla, Joan Miquel

Data: 2006
Resum: El envejecimiento es un fenómeno de gran trascendencia, con importantes implicaciones socioeconómicas y asistenciales. Con el envejecimiento se pierde vitalidad, lo que implica un aumento progresivo de la vulnerabilidad frente a la agresión. Se afectan en mayor o menor medida la totalidad de los órganos y sistemas corporales. Existe una íntima relación entre la edad y la pérdida ósea, tanto en las mujeres como en los varones. La osteoporosis del anciano, que se configura alrededor del eje fragilidad ósea - riesgo de caída, constituye uno de los síndromes geriátricos más relevantes. Sin ningún género de duda, la fractura de cadera, constituye la complicación más grave de la osteoporosis. La mortalidad durante el tiempo de hospitalización se ha cifrado en un 6% y en el mes siguiente a la fractura en un 8%; la mortalidad se eleva al 30% al cabo del año. Se estima que un 45% de los enfermos sufren una pérdida de capacidad funcional y que un 30% requieren cuidados y asistencia especializada. Las caídas son un marcador de fragilidad en el paciente de edad avanzada, que constituyen la primera causa de muerte accidental en mayores de 65 años. La posibilidad de sufrir una caída aumenta con la edad. Se estima que un tercio de los pacientes de más de 65 años sufren una caída anual, y que el porcentaje asciende al 50% si se considera la población de edad superior a los 80 años; en ancianos institucionalizados la prevalencia es mayor. La reiteración de las caídas también es un fenómeno claramente asociado con la edad. En la etiología de las caídas cabe considerar los factores intrínsecos al individuo, relacionados con el envejecimiento, con las enfermedades que sufre y con los fármacos que recibe, y los extrínsecos, relacionados con su entorno y con las actividades que realiza. Como consecuencia de las caídas se producen trastornos físicos, psicológicos y sociales. Los factores implicados con un peor pronóstico son la edad avanzada, la permanencia en el suelo durante tiempo prolongado, el género femenino, la presencia de una comorbilidad elevada, la polifarmacia y el deterioro cognitivo. La existencia de una fractura por fragilidad en vértebra, cadera o antebrazo distal constituye una indicación clásica de realización de densitometría; no obstante, se estima que se realiza un estudio densitométrico sólo a un 35% de los pacientes. Por otro lado, la presencia de una fractura previa constituye un factor de riesgo de nuevas fracturas. Así, en la fractura de cadera, la tasa de recurrencia a los 5 años de la primera fractura se sitúa en un 8%y a los 10 años en un 15%. Desafortunadamente, aún son pocos los pacientes de edad avanzada que reciben un tratamiento encaminado a evitar la aparición de una nueva fractura.
Resum: A la hora de abordar la terapéutica de la osteoporosis en el anciano preciso considerar tres circunstancias diferenciales: el problema de la adherencia al tratamiento suministrado, la relevancia de las medidas no farmacológicas, y la importancia de la suplementación con calcio y vitamina D.
Drets: Tots els drets reservats.
Llengua: Castellà
Document: Article ; recerca ; Versió publicada
Publicat a: Revista clínica electrónica en atención primaria, Núm. 11 (Desembre 2006) , p. 1-4, ISSN 1887-4215



4 p, 130.3 KB

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