Fecha: |
2011 |
Resumen: |
Explicar las condiciones laborales que imperan en las industrias ligeras de muchos países del sur global obliga a dirigir la mirada al campo y a la expulsión sistemática y constante de campesinado hacia los suburbios de las grandes ciudades. Cuando las campañas internacionales y los sindicatos exponen la nueva esclavitud que viven millones de personas que confeccionan ropa o montan aparatos electrónicos en China, Bangladesh, Indonesia, Turquía, Honduras o Marruecos, no falta quien argumenta que las trabajadoras aceptan estos trabajos porque son mejores que la miseria en la que viven y que hay que priorizar medidas que permitan crear el máximo número de empleos posibles. Un análisis parcial de la realidad de las bolsas de pobreza urbana y de las migraciones campo-ciudad puede llevar a este tipo de debates, pero para comprender qué impulsa el abandono del campo y la desesperación de la nueva pobreza urbana se hace imprescindible completar la foto con los motores de estos cambios: la precarización de los modos de vida tradicionales, la apropiación y el cercamiento de las tierras comunales y la destrucción de la soberanía alimentaria de los pueblos. |
Derechos: |
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Lengua: |
Castellà |
Documento: |
Article ; divulgació ; Versió publicada |
Materia: |
Sobirania alimentària |
Publicado en: |
Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas, Núm. 6 (junio 2011) , p. 19-22, ISSN 2013-7567 |