Abstract: |
Está totalmente aceptado que los trabajadores de edad constituyen, hoy día -tiempos de crisis económica-, un colectivo vulnerable, que como tal, es objeto de especial atención por el ordenamiento jurídico laboral. La vulnerabilidad de tales trabajadores se puede apreciar, tanto en el empleo como en el paro que soportan: el trabajador de edad y el parado de edad son las dos caras de una misma moneda. La vulnerabilidad no se explica sólo y simplemente por la edad, sino por los factores asociados a la misma. Hoy día, en tiempos de crisis económica, el empleo del trabajador de edad está sometido a una constante tensión: que pierdan el empleo es un peligro manifiesto; en definitiva, que caigan en el paro, es más que una simple posibilidad. Y hoy día, los parados de edad no son unos desempleados cualesquiera, pues, generalmente, son parados de larga duración, una situación sociolegal que -precisamente por su duración cada vez más larga- trae consigo múltiples efectos negativos de muy distinta condición y supuestos de desprotección. Pero, la vulnerabilidad del trabajador de edad, y especialmente, la del parado de edad, también se pueden y debe explicar -y mucho- porque los déficits o desajustes de sus niveles de formación profesional merman su empleabilidad. El derecho individual a la formación profesional -en el marco del derecho a la promoción profesional- reconocido constitucionalmente y desarrollado por la legislación laboral ordinaria, merece especial atención en tiempos de crisis económica y consiguiente deterioro del empleo y de aumento del paro. Una significación que debe servir también para estructurar con la solidez propia del caso nuestro denominado "Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral", eje básico de la formación de los trabajadores ocupados y parados, de muy recién creación (2015) que, en parte, todavía está pendiente de desarrollo reglamentario. La educación y formación de los trabajadores es el otro capital -el humano- que tampoco está siempre bien utilizado y distribuido: el empleo/paro y el nivel formativo de los trabajadores es un auténtico binomio. |