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La agricultura urbana está ganando protagonismo en la promoción de la sostenibilidad ambiental, la seguridad alimentaria y la cohesión social en las ciudades de todo el mundo. En un contexto donde más de la mitad de la población global ya vive en entornos urbanos, cultivar alimentos dentro de la ciudad representa una oportunidad para fortalecer los sistemas alimentarios locales y aumentar la resiliencia comunitaria. El valor de la agricultura urbana varía según el contexto: en países en vías de desarrollo, suele contribuir directamente a la alimentación de los hogares, mientras que en los países desarrollados, su papel se vincula frecuentemente con funciones educativas, sociales y ambientales. Sin embargo, en ambos casos, la agricultura urbana permite construir una mejor relación entre las personas, los alimentos y el entorno urbano. Aunque cultivar en la ciudad no es una idea nueva, existiendo una fuerte experiencia en muchas regiones de América del Sur y Asia, en las últimas décadas ha surgido un enfoque más innovador: integrar la agricultura en las propias infraestructuras urbanas. En especial, las cubiertas de edificios han despertado interés como espacios infrautilizados con gran potencial. Existen dos estrategias principales para cultivar en azoteas: los jardines verdes (green roofs) y los invernaderos (rooftop greenhouses). Estos últimos permiten una producción más intensiva y sostenida a lo largo del año, gracias a un mayor control sobre las condiciones de cultivo. |