Resum: |
Las Minas de Almadén, propiedad de la Corona española, vivieron un impulso expansionista de los niveles de producción de mercurio en los decenios centrales del siglo XVIII. Para hacer frente al principal obstáculo de tales objetivos, la falta de trabajadores, debida, en buena medida, a la extrema nocividad del proceso de obtención del azogue, los dirigentes de las Minas desplegaron una amplia política intervencionista. Entre otras medidas se encuentra la fundación, en 1752, del Real Hospital de Mineros, destinado específicamente a los operarios de las Minas y sus familias. El hospital entró en funcionamiento en 1774 y desarrolló su mayor actividad asistencial entre 1780 y 1809. Su contribución a los objetivos de las Minas fue posible gracias a la disponibilidad de abundantes recursos económicos. |