ACCEDES-El acceso y éxito académico de colectivos vulnerables en entornos de riesgo en Latinoamérica

El artículo señala que los retos de aumentar la cobertura y equidad de la educación superior, deben ser vistos a nivel sistémico y no como la cruzada particular de una o unas cuantas instituciones. Asimismo, enfatiza la necesidad de promover la diversidad institucional como estrategia para aumentar la cobertura y la equidad del sistema de educación superior. Igualmente subraya la necesidad de fortalecer la financiación de las instituciones de educación superior mediante un esquema que acepte que contar con una educación diferenciada y de calidad demanda no escatimar recursos financieros dentro del contexto de las posibilidades nacionales.
En un país donde los niveles de pobreza no permiten aspirar a realizar estudios de nivel superior, se requiere intensificar los programas públicos de becas y buscar mecanismos para estimular que las propias universidades generen y establezcan también sus propios programas a través, por ejemplo, de fundaciones.
Aumentar la cobertura de los servicios de educación superior en un contexto de equidad y calidad representa para México, tanto un reto como una oportunidad que abre nuevas posibilidades de desarrollo. La educación ha sido en este país un vehículo de movilidad social, pero para seguir siéndolo, debe permitir que el nivel educativo alcanzado por la población siga siendo mayor y mejor.
El sistema de educación superior, no solamente debe preocuparse en su conjunto por la formación profesional de los recursos humanos; es imperativo que este sistema mejore en cuanto a la generación y aplicación de conocimiento que contribuya, de manera significativa, a la formación ciudadana de sus estudiantes.
Ante estos retos y ante la realidad de un país segmentado a lo largo de varias importantes dimensiones (nivel socioeconómico, ubicación geográfica y etnicidad principalmente), no son viables los esfuerzos aislados y no coordinados. Por el contrario, se necesita construir un verdadero sistema de educación superior, en el que los institutos de educación superior, sin perder la autonomía necesaria para poder llevar a cabo de una manera efectiva, eficiente y creativa sus funciones, contribuyan de manera coordinada, junto con el Estado y la sociedad civil, en la construcción y aplicación de una alternativa de desarrollo personal y colectivo que impulse el país.