Universitat Pompeu Fabra
HIPERTEXT.NET Anuario académico sobre documentación digital y Comunicación interactiva

La nueva normativa de accesibilidad WCAG 2.0 y los documentos en Internet

Autor: Mireia Ribera (Universitat de Barcelona)

Citación recomendada: Mireia Ribera. La nueva normativa de accesibilidad WCAG 2.0 y los documentos en Internet  [en linea]. "Hipertext.net", núm. 7, 2009. http://www.upf.edu/hipertextnet/numero-7/wcag-2-0.html

Sumario

1. Introducción
2. Los cuatro principios de accesibilidad
3. Las pautas
    3.1. (1.1) Alternativas textuales al contenido no-textual
    3.2. (1.3) Adaptable
    3.3. (1.4) Distinguible
    3.4. (2.1) Accesible con teclado
    3.5. (2.4) Navegable
    3.6. (3.1) Legible
    3.7. (4.1) Compatible
4. Más allá de las WCAG
    4.1. Recopilación de recomendaciones
    4.2. Alfabetización informacional de los usuarios
5. Conclusiones

6. Bibliografía

 

Mireia Ribera
http://bd.ub.es/pub/ribera/
Departament de Biblioteconomia i Documentació. Universitat de Barcelona

Doctora en Documentación e ingeniera superior informática. Trabaja como profesora en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universitat de Barcelona, en la diplomatura y en el Máster en Gestión de Contenidos Digitales , dando un curso sobre usabilidad y accesibilidad. Participa también en el Máster en Interacción Persona-Ordenador de la Universitat de Lleida en las asignaturas de fundamentos y especialización en accesibilidad. Sus áreas de interés en investigación son la accesibilidad digital y ha coordinado las traducciones al catalán de las normativas W3C WCAG 1.0 y WCAG 2.0. Está especializada en la accesibilidad de los documentos digitales, XML y otros formatos existentes.

 

1. Introducción

En la sociedad de la información el acceso a esta es un derecho y una necesidad. Si para aprender, trabajar, relacionarnos con la administración, comprar y vender, escuchar música, jugar o ponernos en contacto con nuestros seres queridos dependemos de la red, es natural que los gobiernos hayan regulado el derecho de todos, sin exclusiones, a acceder al contenido web.

A nivel internacional ha sido el Consorcio World Wide Web el organismo que se ha encargado de establecer los criterios para que el contenido, las herramientas de autor o los agentes de usuario (navegadores principalmente) sean accesibles, con un conjunto de normativas publicadas dentro de la Iniciativa para la Accesibilidad Web (WAI). Entre ellas, las Web Content Accessibility Guidelines (WCAG a partir de ahora), las pautas que afectan al contenido, han sido las que más trascendencia han tenido, pues muchos países las han adoptado como pautas legales para las webs públicas [Meinhardt, 2005].

En España, ninguna ley puede basarse en unas pautas que no hayan sido creadas por un organismo oficial de normalización, por ello las WCAG 1.0 [World Wide Web Consortium 1999] se tuvieron que reescribir en la Norma UNE 139803:2004. Tras ello y con efecto a partir del 31 de diciembre de 2008 dos leyes, el Real Decreto 1494/2007, de 12 de noviembre que aprueba el Reglamento sobre las Condiciones Básicas para el Acceso de las Personas con Discapacidad a las Tecnologías, Productos y Servicios Relacionados con la Sociedad de la Información y Medios de Comunicación Social y la Ley 56/2007, de 28 de diciembre, de Medidas de Impulso de la Sociedad de la Información (LISI) obligan respectivamente a todas las administraciones públicas y a las empresas como bancos, agencias de viajes, aseguradoras, empresas de servicios básicos (gas, agua y electricidad) que tengan más de 100 trabajadores o una facturación superior a 6 millones de euros, a cumplir el nivel AA de las normativas WCAG 1.0.

El 11 de diciembre de 2008 el Consorcio World Wide Web consiguió aprobar finalmente - tras largos años de discusiones, y modificaciones - las WCAG 2.0 [World Wide Web Consortium, 2008]. Aunque actualmente no se han incorporado aún a la legislación española, se está trabajando en ello y las administraciones y empresas deben empezar a trabajar sus contenidos web teniéndolas en cuenta.

Uno de los cambios más importantes que conlleva la nueva normativa es su aplicación a todo tipo de contenido en la web, no sólo los documentos HTML. Más claramente que nunca, con las nuevas pautas de accesibilidad al contenido de la web todos los documentos colgados en Internet son susceptibles de ser valorados en cuanto a su accesibilidad. Archivos Adobe PDF, presentaciones Microsoft PowerPoint, y documentos Microsoft Word, los formatos más habituales para documentos en Internet, van a tener que cumplir los cuatro principios de accesibilidad: perceptible, operable, comprensible y robusto.

En este artículo vamos a ver pues los requisitos de accesibilidad aplicables a los documentos de Internet según las WCAG 2.0, recomendación de 11 de diciembre de 2008, comentando dificultades y soluciones, a partir de la experiencia de la autora y en base a otras recomendaciones existentes.

 

2. Los cuatro principios de accesibilidad

Las WCAG 2.0 se organizan en torno a 4 principios teóricos que buscan garantizar el acceso a los contenidos. Cada uno de estos principios se desglosa después en pautas que describen como concretar estos principios en requerimientos. Finalmente en cada pauta se describe uno o más criterios de éxito que facilite comprobar su cumplimiento.

El primer principio y el que afecta más de lleno a los documentos digitales afirma que el contenido debe ser "perceptible", es decir "visible" a uno o más sentidos de cualquier persona, aunque esta sea por ejemplo una persona ciega, o con baja visión.

El segundo principio afirma que el contenido debe ser "operable", es decir que cualquier usuario pueda realizar la interacción necesaria para actuar con él. Si aplicamos este principio a los documentos más habituales de administraciones y grandes empresas veremos que en general la interacción se limita a los formularios y a la navegación (interna por las diferentes partes del documento; y externa con vínculos a otros recursos de la red).

El tercer principio afirma que el contenido debe ser "comprensible", tanto la información como la interacción. Aunque afecta de lleno a los documentos digitales, este será uno de los principios más difíciles de cumplir y de evaluar, pues entre el público objetivo de las pautas se encuentran personas con discapacidades de aprendizaje, como por ejemplo dislexia, o personas con limitaciones cognitivas. Veremos de todas maneras que las WCAG establecen unos criterios mínimos para su cumplimiento.

Finalmente, el cuarto principio se ocupa de que el contenido sea "robusto", es decir suficientemente descrito para poder ser leído con distintos lectores y con distintas tecnologías de asistencia ahora y en el futuro. En algunos casos para verificar el cumplimiento real de este objetivo deberemos usar nosotros mismos los lectores o las tecnologías de asistencia para comprobar su buen funcionamiento con nuestros documentos.

 

3. Las pautas

3.1. (1.1) Alternativas textuales al contenido no-textual

El texto es la morfología de información más manipulable: se puede convertir a voz con un sintetizador de voz automático, se puede ampliar, se puede cambiar de color… por ello la primera de las pautas requiere que imágenes (sobretodo) pero también gráficos y quizá tablas complejas se ofrezcan de forma alternativa en texto.

El formato que presenta más dificultad para cumplir esta pauta es el PowerPoint, pues está orientado a crear presentaciones altamente visuales. Una buena solución en este caso será el uso de las anotaciones en la propia presentación para complementar y explicar el contenido visual; una vez creadas las anotaciones pertinentes también podemos desde el propio programa crear una presentación alternativa en formato Microsoft Word, más accesible para muchos usuarios (véase JISC TechDis).

Paradójicamente, como veremos en la última sección el mismo carácter visual de PowerPoint puede resultar muy adecuado para ciertas discapacidades cognitivas o de aprendizaje.

 

3.2. (1.3) Adaptable

El texto es la morfología de información más manipulable: se puede convertir a voz con un sintetizador de voz automático, se puede ampliar, se puede cambiar de color… por ello la primera de las pautas requiere que imágenes (sobretodo) pero también gráficos y quizá tablas complejas se ofrezcan de forma alternativa en texto.

 

3.3. (1.4) Distinguible

Las personas con baja visión y algunas discapacidades cognitivas no perciben el color, requieren contrastes altos o textos de mayor tamaño. Por ello en esta pauta se pide que el color no se use como único medio de transmitir significado, que haya un contraste mínimo entre primer plano y fondo, que se pueda ampliar el texto y que no se use texto puesto como imagen.

En general los formatos de documentos citados ofrecen mediante sus programas lectores la capacidad de alterar el contraste o el tamaño del texto sin problema. En cambio, se presentan dificultades de cumplir esta directriz en los documentos digitales con los logotipos de las empresas, que se presentan como imagen pero suelen contener texto, las fórmulas matemáticas y la información de compaginación que se transmite mediante colores. Aunque empiezan a aparecer soluciones, estas no son de simple cumplimiento.

En cuanto a los logotipos una solución es ponerlos como marca de agua para que no aparezcan en presentaciones ampliadas, otra diseñarlos con SVG u otros formatos ampliables, y sobretodo tener en cuenta los requisitos de accesibilidad desde su diseño. Una confusión habitual es creer que si una imagen con texto dispone de texto alternativo ya es accesible; esto puede ser cierto en el caso de las personas ciegas pero no en el caso de las personas con baja visión, mucho más mayoritarias demográficamente pues incluyen la mayoría de personas de edad.

En cuanto a las fórmulas matemáticas la mayoría de formatos ha incorporado el lenguaje MathML para escribirlas, el cual es altamente adaptable y soportado por la mayoría de tecnologías de asistencia.

Respecto a la información de compaginación la única solución es crear documentos claramente estructurados con encabezados y secciones que sean leíbles en otras maquetaciones.

 

3.4. (2.1) Accesible con teclado

Algunas tecnologías de ayuda no pueden ejecutar comandos del ratón como desplazamientos, doble clic, etc., por ello se requiere que se pueda interactuar con el contenido mediante teclado.

Este requerimiento suele cumplirse sin problema pues los formatos presentados suelen ser navegables con teclado (sin ratón) tanto en cuanto a navegación como en el uso de formularios. Debe comprobarse eso sí, que la secuencia por teclado (por ejemplo a través de los campos de un formulario con el tabulador) sea la correcta, pues no es extraño encontrar documentos en los que los elementos se han posicionado en un orden dado visualmente pero en otro distinto a nivel estructural. En concreto en el formato PDF el paso de la ventana de marcadores a la ventana del documento mediante el teclado no es trivial ni conocido por muchos usuarios, así que debe indicarse cómo hacerlo al inicio del documento en la declaración de accesibilidad.

 

3.5. (2.4) Navegable

Si tenemos en cuenta que una persona ciega tarda de 2 a 3 veces el tiempo que una persona sin problemas de visión en leer un documento, o que una persona con dislexia sufre una gran fatiga al leer documentos largos, entenderemos que nuestros documentos deben proveer mecanismos para saltar, avanzar, retroceder, y “navegar” por el documento con agilidad.

Una parte importante de esta pauta se cumple simplemente creando documentos estructurados semánticamente, mediante diferentes niveles de encabezado, listas y tablas bien marcadas. Para cumplir la pauta de forma completa debemos además proporcionar tablas de contenido, vínculos internos de navegación, índices y otras herramientas de navegación de arquitectura de la información.

El caso de las tablas requiere especial mención pues aunque son muy útiles para presentar mucha información de forma compacta presentan grandes dificultades para discapacidades de visión, cognitivas e incluso motrices. Además ninguno de los formatos habituales facilita la indicación de cabeceras y relaciones dentro de las tablas. Debe pues reflexionarse mucho sobre su correcto uso y en no pocos casos será recomendable crear dos versiones de un documento con mucha información factual: uno con tablas, más usable para el usuario medio, y otro documento sin tablas, con la información en listas o simplificada, más accesible.

Finalmente, en el caso de PowerPoint, para mantener la semántica de encabezados y contenido deberemos ceñirnos a las plantillas de estilos ofrecidas por la herramienta, pues añadidos, supresiones y cambios de formato suelen alterar la estructuración.

 

3.6. (3.1) Legible

Aunque este es uno de los aspectos más necesarios para que un documento sea usable y accesible su difícil comprobación ha provocado una más que modesta inclusión en las Pautas.

El único requerimiento para la legibilidad de un documento según las pautas es que se indique el idioma del documento al completo y el idioma de sus partes si difiere del general. Incluso el cumplimiento de este simple requerimiento no es sencillo en los formatos actuales, pues por ejemplo PDF no incluye en su interfaz muchos de los idiomas existentes, y la detección automática del idioma en Word es bastante poco fiable. Por todo ello el autor de documentos multilingües deberá prestar especial atención a estos aspectos.

A pesar de que no esté requerido en las pautas y por tanto no es exigible legalmente, si se quiere lograr una accesibilidad real es imprescindible tener en cuenta pautas de redacción clara y precisa en el texto de los documentos. En el mundo anglosajón existe incluso un movimiento ideológico llamado “clear writing” que ha construido una serie de recomendaciones para crear textos más comprensibles.

 

3.7. (4.1) Compatible

El contenido debe ser el máximo de compatible con las tecnologías actuales y futuras. Para lograrlo las WCAG requieren que los documentos con marcas estructurales sean válidos, y que cualquier elemento de interacción tenga un nombre, un rol y un valor detectables mediante software. El primer criterio es aplicable a todos los formatos estudiados, en cambio el segundo no aplica a los documentos típicos, pues está más pensado para los controles creativos de las Rich Internet Applications (RIA); tanto en Word como en PDF, los controles suelen estar asociados a los formularios y están muy estandarizados.

Verificar la validez de las marcas estructurales no suele ser una tarea fácil para el usuario final de los documentos, ya que suele requerir conocimientos de codificación XML avanzados.

Los documentos PDF cuentan con marcas estructurales desde su versión 1.4. El esquema XML de PDF se ha normalizado con la norma abierta ISO-32000-1 y se ampliara en la nueva norma ISO-32000-2 gracias al trabajo del comité PDF/UA (por Usability y Accessibility), presidido por Duff Johnson, gurú de los PDF accesibles. La dificultad existente hoy en día reside en que la mayor parte de productos gratuitos que crean PDFs o bien no crean etiquetas, o bien las crean con bastantes errores (incluidos el plugin de Microsoft Word 2007 y la utilidad de exportación de Open Office Writer 3); en cambio la versión de pago 9.0 de Adobe Acrobat Professional ofrece una interesante herramienta de validación de la accesibilidad que facilita la creación de un marcaje de calidad y válido. Aún así, para afinar la estructuración siempre será necesario recurrir en última instancia a la interfaz de código. Otra consideración a tener en cuenta y que puede afectar seriamente la usabilidad es que los documentos PDF etiquetados suelen ocupar bastante más memoria que sus equivalentes no accesibles, por ello quizá deba considerarse la oportunidad de publicar dos versiones del mismo documento y en cualquier caso trocear los PDFs etiquetados en múltiples ficheros de tamaño razonable.

En el caso de Microsoft Office y a partir de Office 2003, pero ya plenamente en Office 2007, los documentos responden a un schema XML, estandarizado en su última versión con la norma abierta ISO/IEC 29500-1:2008. Aún así el interfaz de Microsoft Word ni el de PowerPoint no facilita la validación del documento al usuario final.

Tanto el caso de los documentos PDF como de los documentos Open Office XML, la existencia de schemas XML públicos permite que desde otras herramientas XML como XML Oxygen, Altova XMLSpy o Open XML podamos validar documentos PowerPoint, Word y PDF.

 

4. Más allá de las WCAG

Como se ha visto hasta ahora las WCAG establecen un primer nivel de accesibilidad, y ayudan a adquirir conciencia de las barreras que puede representar la información para las personas con discapacidades. Es sabido, que estas mismas barreras se presentan también a usuarios ordinarios en situaciones extraordinarias [Newell, 1995] o no tan extraordinarias como son la consulta de informaciones vía dispositivos móviles, pantallas pequeñas, o entornos con mala iluminación, entre otros. Unos documentos accesibles serán más usables para los usuarios en general.

Ahora bien, el mismo carácter evaluativo de las WCAG, que representa un beneficio para los organismos gestores de políticas de información, representa un freno para incluir en ellas pautas más difusas pero importantísimas a nivel de contenido.

Por ello, en esta parte final, citamos a modo de ejemplo, y sin intención exhaustiva, algunas de las recomendaciones, guías y pautas más interesantes que pueden ser aplicables a los documentos digitales.

 

4.1. Recopilación de recomendaciones

En el Reino Unido el servicio JISC TechDis promueve desde hace tiempo el uso de documentos accesibles en la formación y en las bibliotecas y además de herramientas, recopilación de recursos, y otros ha creado las “Accessibility Essentials Series” en las que se describe de forma muy amena (en inglés, claro) como crear documentos PDF, Word o PowerPoint accesibles [JISC TechDis]. En estas guías por ejemplo se recomienda el uso de PowerPoints para usuarios con discapacidades cognitivas.

El ya citado movimiento para el lenguaje plano [Plain Language Network] ha estructurado diversas pautas de redacción para reducir la complejidad del lenguaje. Un autor local que ha difundido esta práctica en nuestro entorno cultural es Daniel Cassany, especialmente con su libro La cocina de la escritura [Cassany, 1995].

Como variante, y a veces confundido con él, el movimiento para la lectura fácil usa principios similares pero añade otras prácticas orientadas a reducir la complejidad cognitiva de los mensajes [Directrices]. Véase la guía práctica elaborada por el ayuntamiento de Albacete [Ayuntamiento de Albacete, 2007]

Tanto organizaciones de personas con dislexia como organizaciones de personas ciegas han publicado diversas recomendaciones para aumentar la legibilidad de los documentos. Analizándolas en profundidad se pueden encontrar muchos elementos en común [Evett, Brown, 2005].

Otro campo que está produciendo directrices o recomendaciones sobre documentos accesibles es la educación a distancia. Por ejemplo el Center for Applied Special Technology (CAST) ha publicado las “Universal Design for Learning (UDL) guidelines - v.1.0” [CAST, 2008] con recomendaciones prácticas y sencillas, que incluyen diversas pautas para crear documentos accesibles..

 

4.2. Alfabetización informacional de los usuarios

Cómo se ha visto los documentos ofrecen múltiples posibilidades en cuanto a accesibilidad, pero muchas veces el usuario final no se beneficia de ellas por simple desconocimiento de los recursos del sistema operativo o de los programas lectores.

Por ello la publicación de documentos accesibles en Internet debe enmarcarse en una estrategia completa de accesibilidad que incluya:

  1. Declaraciones de accesibilidad en los propios documentos en las que se describa su estado, se remita a versiones alternativas en otros formatos y se mencionen brevemente las funcionalidades de accesibilidad soportadas y el modo de activarlas.

  2. Una breve guía sobre como usar los documentos de forma accesible en la propia web o en una web ajena.

Finalmente, y dadas las capacidades de reformulación de los documentos digitales, en aquellos centros cuyo público objetivo incluya especialmente a personas discapacitadas se debería plantear una estrategia de publicación multicanal. En el web se ofrecería la posibilidad de descargar los documentos en diferentes versiones, diferentes formatos y variantes de estos formatos (especialmente tipografía grande y alto contraste), adecuados para las capacidades o preferencias de cada persona. Para una plena accesibilidad se deberían reformular también los contenidos especialmente para personas con discapacidades cognitivas usando los principios de la comunicación aumentativa.

 

5. Conclusiones

A lo largo del artículo hemos visto como las WCAG establecen unos criterios mínimos a cumplir para los documentos digitales disponibles en Internet, especialmente detallados en cuanto a su flexibilidad de presentación. También cómo es importante estructurar los documentos tanto a nivel externo como interno para facilitar su navegación y su tratamiento con distintas herramientas software. En cambio, en el apartado de legibilidad, se ha constatado que las WCAG se quedan un poco cortas en cuanto a requerimientos y se sugieren recomendaciones complementarias para conseguir documentos digitales funcionalmente accesibles, entre ellas las pautas de redacción establecidas por el movimiento “clear writing”.

Finalmente se recomienda a las instituciones y empresas con presencia en Internet a plantearse la accesibilidad de los documentos desde una estrategia global de comunicación, ofrecer los documentos en diferentes formatos y ayudar a la alfabetización informacional de sus usuarios.

 

6. Bibliografía

Ayuntamiento de Albacete. Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física de Albacete. (2007). "Como elaborar textos de fácil lectura", <http://www.ceapat.org/mostrarDocumento.do?idDoc=200709070001> [Consultado: 09/03/09]

Cassany, D. (1995) La cocina de la escritura. Barcelona: Anagrama, 1995, 259 p.

CAST. (2008). "Universal Design for Learning (UDL) guidelines - v.1.0" <http://www.cast.org/publications/UDLguidelines/version1.html> [Consultado: 09/03/09]

Directrices Europeas para Facilitar la Lectura, <http://www.sidar.org/recur/desdi/pau/directriceseuropeas%20para%20facilitar%20la%20lectura.pdf> [Consultado: 09/03/09]

Evett, L.; Brown, D. (2005). "Text formats and web design for visually impaired and dyslexic readers - Clear Text for All". Interacting with Computers, v.17, n.4, pp.453-472.

JISC TechDis, <http://www.techdis.ac.uk/> [Consultado: 09/03/09]

Meinhardt, U.(2005). Accessibility Legislation - an Insight. <http://www.sapdesignguild.org/editions/edition9/policies.asp> [Consultado: 09/03/09]

Newell, A.F. (1995). "Extra-ordinary human computer operation". En Edwards, A.D.N. Extra-ordinary human-computer interactions: Interfaces for users with disabilities. Cambridge: Cambridge University Press. pp. 3-18.

Plain Language Network, <http://www.plainlanguagenetwork.org/> [Consultado: 09/03/09]

World Wide Web Consortium (2008). Web Accessibility Initiative. Web Content Accessibility Guidelines 2.0. W3C Recommendation 11 December 2008. <http://www.w3.org/TR/WCAG20/> [Consultado: 09/03/09]

World Wide Web Consortium (1999). Web Accessibility Initiative. Web Content Accessibility Guidelines 1.0. W3C Recommendation 5 May 1999.<http://www.w3.org/TR/WCAG10/> [Consultado: 09/03/09]



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Última actualitzación 15-03-2011
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